“Evita vive” es una verdad incuestionable. A 61 años de su partida física, sus ideas y sus ideales están plasmados en las actuales políticas sociales que están generando la reconstrucción del tejido social en Argentina.
Para evocar a Evita, quiero rescatar este fragmento extraído de su autobiografía, hace más de 6 décadas, Evita escribió: “con las mujeres debe suceder lo mismo que con los hombres, las familias y las naciones: mientras no son económicamente libres, nadie les asigna ningún derecho. Pienso que habría que empezar por señalar para cada mujer que se casa, una asignación mensual desde el día de su matrimonio. Un sueldo que pague a las madres de toda la nación y que provenga del ingreso de todos los que trabajan en el País, incluidas las mujeres. Nadie dirá que no es justo que paguemos un trabajo que, aunque no se vea, requiere cada día el esfuerzo de millones y millones de mujeres”.
Luego agregaba Evita: “así la mujer ama de casa, señora del hogar, tendría un ingreso propio, ajeno a la voluntad del hombre. Luego podrían añadirse a ese sueldo básico los aumentos por cada hijo, mejoras en el caso de viudez, pérdida por ingreso a las filas del trabajo; en una palabra todas las modalidades que se consideren útiles a fin de que no se desvirtúen los propósitos iniciales. Yo solamente lanzo la idea. Será necesario darle forma y convertirla, si conviene en realidad”.
Recién en diciembre del año 2005, Néstor Kirchner empezó a darle a forma a esta idea, cuando por Decreto creó una moratoria permanente para aquellas personas que nunca habían realizado aportes jubilatorios. Miles de amas de casa pudieron entonces ver reconocido su trabajo doméstico que nunca había recibido remuneración. El 29 de Octubre del 2009, Cristina Fernández de Kirchner lo completó cuando sancionó un Decreto que estableció la Asignación Universal por Hijo, destinado a todos los menores de 18 años cuyos padres se encontraran desocupados o trabajaran en la economía informal con una remuneración que no superara el Salario Mínimo Vital y Móvil. Para percibir el beneficio, los padres debieron acreditar haber cubierto el plan de vacunación y el cumplimiento de la educación obligatoria desde los cinco a los dieciocho años.
En este año, se incorporó otro programa que tiene su fuente y fundamento en el pensamiento de Eva Perón: el programa “Ellas Hacen”, que es una nueva línea para fortalecer la plena inclusión de mujeres amas de casa un salario, con obra social y aporte jubilatorio. En este primer tramo está relacionado con la Terminalidad educativa primaria y secundaria, además de la capacitación en un oficio, lo cual vuelve a dar herramientas para que cada mujer sea protagonista de su propio desarrollo personal.
Esto es la demostración cabal de la Evita que está vigente en estas políticas públicas que rigen en nuestro recuperado país. Nadie puede dudar la certeza de lo que expresamos a los cuatro vientos: “Evita vive”. El corazón de millones de argentinos dan fe de ello.