Sesenta años cumple hoy nuestro Poder Judicial. La ocasión nos obliga a redoblar los esfuerzos por seguir garantizando un servicio de justicia de calidad, probo y eficaz.
En lo personal he tenido el privilegio de insertarme en el proceso de evolución de la justicia chaqueña desde sus inicios, ejerciendo durante casi 25 años diversas funciones. Luego, en el ejercicio de la profesión libre y, finalmente, como ministro del Superior Tribunal de Justicia desde 1992. Es decir, he vivenciado plenamente muchos de esos sesenta años.
Hemos sido pioneros en iniciativas estructurales para su funcionamiento que nos colocan entre las justicias de avanzada del país. Con las mismas energías, y con permanente espíritu de superación y creatividad, queremos seguir marcando el camino. Para ello debemos fortalecer el uso de las herramientas consideradas hoy más que esenciales en la formación constante de nuestros cuadros, tanto en lo científico como en la gestión. Esto como la mejor y más eficaz respuesta a lo que la sociedad espera de su justicia.
En mi carácter de presidente del STJ, y en representación de mis colegas, envío un afectuoso saludo a todos los operadores del sistema judicial.