La detención en Paraguay por tentativa de contrabandodel senador aliado del presidente Milei, Edgardo Kueider, por encontrar en su valija más de doscientos mil dólares estadounidenses cuya tenencia no pudo justificar, ha causado una gran conmoción nacional, tanto por el hecho en sí como por sus consecuencias políticas y legales.
Ante la posibilidad de su inminente y por demás justificable remoción del Senado, el gobierno nacional, preocupado, a través de la Ministra Bullrich, salió a defenderlo en forma amenazante al expresar que si lo expulsan a Kueider ellos ( el gobierno a través de sus legisladores) pedirán también la separación de todos los funcionarios legislativos que estuvieren procesados penalmente. Paralelamente, algunos sectores ligados al PRO dan a entender que se trata de un tema estrictamente judicial, por lo que no estarían de acuerdo con su expulsión sin una decisión en ese ámbito.
Desde ya que estoy totalmente de acuerdo con la sanción de una ley que impida el acceso a cargos electivos a quienes hayan sido condenados por la comisión de delitos, en particular, los relacionados a hechos de corrupción. Pero el caso de la expulsión del senador Kueider no es algo que tenga que ver con la recientemente frustrada iniciativa denominada “Ficha limpia” sino con las facultades y atribuciones constitucionales de cada Cámara del Congreso Nacional, en este caso el Senado, de juzgar y sancionar, hasta con remoción, a sus integrantes a causa del “desorden de sus conductas en el ejercicio de sus funciones” o debido a la “inhabilidad física o moral sobreviniente”.
Indudablemente constituye conducta desordenada e inmoral la de un Senador de la Nación Argentina que es aprehendido “in fraganti” al pretender ingresar ilegalmente a un país extranjero en su valija más de doscientos mil dólares , y sin poder ni querer justificar la procedencia de tanta cantidad de divisas extranjeras cuando ello le es exigido por las autoridades paraguayas. En ese sentido, y salvando las distancias respecto a la naturaleza diferente de los hechos, esto guarda relación con el caso Ameri, aquel diputado que fuera suspendido inmediatamente en sus funciones y posteriormente renunciara a su cargo en el año 2020, después de ser sorprendido “in fraganti” besando los senos de su pareja durante una sesión virtual de la Cámara Baja. La condena penal a Ameri le llegó recién en abril de 2024 pero su separación del cuerpo legislativo tuvo lugar el mismo día de la sesión virtual mencionada , el día 24 de septiembre de 2020. Si el juez federal Lijo consideró en su fallo, haciendo suyo el parecer de varios legisladores , que el comportamiento de Ameri “resintió y turbó” la actividad de la Cámara de Diputados , seguramente el parecer de muchos Senadores, sobre el hecho mucho más grave en el que está involucrado Kueider no debería lógica y moralmente apartarse del precedente. Habrá seguramente quien piense que el exceso de erotismo explícito de Ameri quedó, a esta altura, empequeñecido y cuasi inexistente al lado de las reiteradas incursiones terrestres “non sanctas” del contrabandista senador filo-libertario por tierras guaraníes.
Independientemente de la Investigación Preliminar iniciada contra Kueider en Argentina por la PROCELAC por los presuntos delitos de enriquecimiento ilícito y lavado de dinero, considero imprescindible la conformación de una Comisión Investigadora del Congreso Nacional para indagar sobre la procedencia de los cuantiosos recursos en poder de un Senador de la Nación, que exceden largamente los montos correspondientes a su declaración jurada. Y no me refiero solamente al origen de las divisas incautadas por las autoridades paraguayas sino también a los trescientos mil dólares pagados de fianza para posibilitar la detención domiciliaria de Kueider y su Secretaria. Más de medio millón de dólares que van y vienen en pocos días no dejan de llamar la atención. Tampoco deja de llamar la atención en sus viajes al Paraguay del Senador aliado de Milei su preferencia por la vía terrestre antes que la aérea, salvo que se le haya diagnosticado alguna fobia hacia los aviones.
El Congreso Nacional en general, y el Senado en particular, no pueden mirar para el costado en relación a la asombrosa coincidencia de que cuatro de los seis viajes terrestres de Kueider y su secretaria a tierras paraguayas se produjeron con posterioridad a la sanción de la Ley Bases, sospechada cada vez con más elementos, de estar viciada en su sanción por el otorgamiento de favores y probables sobornos o coimas. Solo hay que recordar que, por citar a algunos legisladores, el voto de la senadora Lucila Crexell y el del mismo Edgardo Kueider fueron decisivos para alcanzar los 36 votos y forzar de esa forma el desempate en manos de la Vicepresidenta Villarruel , y lograr así la más importante ley de la gestión libertaria. En su oportunidad, el entonces jefe de bloque de los libertarios, el diputado Zago , reconoció sin ponerse colorado que la Senadora Crexell cambió su voto por un alto cargo en la UNESCO de 20 mil dólares mensuales sin que Milei o algún funcionario saliera a desmentirlo.
La detención de Kueider en Paraguay y los injustificables miles de dólares en su poder son el hilo conductor para desentrañar la madeja de la corrupción y la compra y venta de voluntades legislativas que terminaron en la sanción de la ley Bases, festejada por Milei y , los poderosos y el Partido del Ajuste. Es por eso que el gobierno nacional protege al Senador libertario por adopción.
El gobierno de Milei somete al pueblo argentino al hambre y a la pobreza, reprime al que reclama y persigue judicialmente al disidente. Ahora, sus manejos corruptos pretenden ser naturalizados cuando deben ser investigados. La permanencia de Edgardo Kueider en el Senado por obra y gracia de la protección política libertaria será toda una señal hacia la impunidad.
Si la sanción de la Ley Bases fue un producto de las dádivas, las coimas y los sobornos en el Senado entonces tendrá razón el politólogo Andrés Malamud quien dijo que Milei , en definitiva, solo se sostendría en el gobierno no como el mesías “antisistema” que dijo ser sino como la casta , o para ser más precisos, como el jefe de una casta con las misma prácticas y conductas de la vieja y podrida política, solo que esta vez al servicio de los ricos y millonarios de adentro y de afuera.