La elección porteña, sobredimensionada como ordenadora de la política nacional
El cierre de listas en en la Ciudad de Buenos Aires deja múltiples lecturas que trascienden los límites de una elección local. Por distintos motivos, libertarios, PRO y peronismo entienden que estos comicios tendrán un factor constitutivo de lo que ocurrirá en el futuro en el escenario político a nivel país.
📌La elección porteña, sobredimensionada como ordenadora de la política nacional
El cierre de listas para las elecciones a legisladores que se llevarán a cabo el 18 de mayo en la ciudad de Buenos Aires mostró toda la importancia que todas las fuerzas que gobernaron al país en el primer cuarto del siglo XX le dan a la cita.
En efecto, con un breve repaso por los nombres o los roles de quienes estarán compitiendo se toma conciencia de la dimensión que se le está otorgando a una elección que, casi siempre fue considerada muy menor. El hecho no es irracional, aunque no todos tienen las mismas motivaciones y -además- refleja en parte la crisis de representatividad y de proyecto nacional que aqueja a la política vernácula. Desde las negociaciones más arduas y conflictivas hasta los anuncios más ridículos y bizarros muestran una expectativa en el resultado que no está relacionado con decidir quiénes fijan el ABL porteño, o temas importantes como en qué se gasta el enorme presupuesto de la capital de los argentinos o los negociados relacionados con el rubro inmobiliario. Hay algo más.
La amplia oferta de derecha que se verá en mayo muestra no sólo como ese espectro ideológico permea en los porteños pero, sobre todo, refleja negociaciones fallidas. La primera, entre La Libertad Avanza y el PRO. Y luego, hay otras en el interior de cada una de esas fuerzas.
Macristas y libertarios, quienes han sido socios en el Congreso para llevar adelante el programa de gobierno de Javier Milei y seguramente sellarán una alianza en territorio bonaerense, no lograron una síntesis en CABA. La situación se debe más al cálculo que a la impericia. Para el partido amarillo, cuyo jefe de Gobierno decidió desdoblar las elecciones, ganar en su patria chica implica subsistencia.
Después del desastroso gobierno de Juntos por el Cambio que terminó en 2019 y la muy mala elección a presidente de Patricia Bullrich en 2023, para los primos Macri el único bastión que queda es la tierra que vio nacer a su fuerza, teniendo en cuenta que los dos gobernadores puros del PRO hoy se muestran más a gusto con Guillermo Francos y Santiago Caputo que con ellos.
Quizás por todo esto, costó encontrar candidatos ante la inminencia del desastre. María Eugenia Vidal no quiso repetir la derrota bonaerense del ‘19 y Fernán Quirós no estuvo dispuesto a dilapidar su buena imagen en lo que algunos consideran una batalla muy difícil de ganar. La siempre obediente Silvia Lospenatto fue la única dispuesta a abandonar su lugar en el Congreso para arriesgar en un escenario tan fragmentado.
En ese sentido, la derrota ya sucedió y es múltiple. Lospenatto cumplió una importante tarea en Diputados juntando los votos que Macri y Milei necesitaban para leyes clave pero, además, todos sospechan que mide peor que quienes se negaron a ocupar el primer lugar. La lista se completa con nombres de peso en la historia amarilla, como Hernán Lombardi, Laura Alonso, Waldo Wolff y Darío Nieto. Una lista nutrida de nombres pero con una cabeza débil. Como si se tratase de una letanía, los augurios de derrota recorren las reuniones macristas. Y más si tenemos en cuenta que tendrán en Horacio Rodríguez Larreta un adversario que les quitará votos con su propuesta de centro derecha con buenos modales.
Para los libertarios, el premio puede ser mayúsculo. Una victoria en este terreno los posiciona como lo que parecen ser cada vez más: la mejor opción para monopolizar la oferta antikirchnerista, en una ciudad repleta de votantes con ese horizonte como motivador del voto.
Pero un triunfo iría mucho más allá porque podría proyectar eso a otros distritos y a la lección de legisladores nacionales en la misma ciudad. Y además, condicionaría de modo casi definitivo la negociación para que las dos fuerzas vayan juntas en la Provincia de Buenos Aires.
Un PRO triunfador tiene más elementos para negociar en la distribución de listas, o hasta para romper, en la provincia que más importa. De hecho, en el panperonismo bonaerense se cree que el mejor escenario no es el de un Macri derrotado, porque eso dejaría a Milei casi como el único para liderar el espectro. La estampida de dirigentes que casi no ocultan sus ganas de vestirse de violeta sería casi inmediata en Buenos Aires, Entre Ríos, Chubut y otra provincias.
En lugares como Chaco, Corrientes y Mendoza el pase ya está hecho, se haya anunciado o no. Es cierto que esos mismos peronistas que sacan esos cálculos tienen malos augurios para su fuerza en muchas de esas provincias. En varias de las cinco primeras provincias en las que se votará -Santa Fe, Jujuy, Salta y Misiones- el peronismo presenta dos o más listas, producto de la falta de consenso que aún capea en la fuerza.
En Chaco, se logró la unidad entre Jorge Capitanich y Domingo Peppo, luego de mucho esfuerzo y por la participación de Cristina Kirchner. De cualquier modo, La Libertad Avanza tuvo que recurrir, para generar una oferta potente, al vocero presidencial Manuel Adorni que aceptó a regañadientes. La promesa es que seguirá en su rol hasta diciembre, luego de explorar la posibilidad de que haga doble función (algo que prohíbe la constitución de la ciudad).
El expulsado Ramiro Marra irá por afuera con la sigla vintage Ucedé y hay quienes en la Casa Rosada le achacan esa situación -que puede restarles votos- a la intransigencia de Karina Milei. Quizás quienes hoy creen que Marra es un candidato potable no recuerden la muy mala elección que hizo cuando compitió como candidato a jefe de Gobierno, algo que profundizó en su momento el encono con la hermana presidencial.
Mientras tanto, el peronismo/kirchnerismo de la capital se encuentra con una posibilidad única, a partir de la fragmentación descripta en la oferta de derecha. Ganar en el distrito es casi una quimera y la lista que encabeza Leandro Santoro tiene muchas posibilidades de hacerlo. No logró acuerdo Juan Manuel Abal Medina en alianza con el Movimiento Evita ni que Principios y Valores, la fuerza que conduce Guillermo Moreno. Eso le hará perder pocos pero valiosos votos y por eso cunden las suspicacias acerca de la funcionalidad de estos espacios al oficialismo nacional.
De cualquier modo, hasta las suspicacias más bizarras muestran la trascendencia que se le da a esta elección. Óscar Zago no logró buenos lugares en las listas del PRO y el también vintage MID ofrecerá al ex entrenador y mediático Ricardo Caruso Lombardi como primer candidato a legislador.
Yamil Santoro tuvo que abandonar el logo idéntico al de Unión por la Patria por una decisión de la Justicia pero puso como cabeza de lista a su hermano llamado Leandro. Si, Leandro Santoro. La nueva estratagema mueve a risa e indigna en partes iguales y se verán sus resultados. Según publicó Fernando Soriano en Infobae, el hermano de Yamil vive hace años en Alemania y no tiene ninguna intención de volver a la Argentina. Más allá de lo hilarante de la boutade, el peligro está en que la política se convierta cada vez más en esto. Un terreno fértil para operaciones, obstruccionismo y fake News crecientes.
Por fuera de esta última inquietud, lo que está claro es que la política nacional ha decidido darle a una elección de legisladores locales un carácter trascendental por muchos de los motivos que planteamos y por otros que parecen casi supersticiosos. Quizás olviden que la elección sigue siendo distrito a distrito y que la falta de unidad y de construcción influyen más que los golpes electorales.
O le den menos importancia a la marcha de la economía de lo que algunos probablemente tenga. O creen que la crisis de representatividad que motiva las decisiones de buena parte de la población de nuestro país se va a resolver por el resultado de una elección que nunca antes en la historia tuvo la importancia que se le se va a dar hoy.