La historia de Gustavo, el trabajador informal al que una “ayuda” del gobernador terminó poniéndolo entre la espada y la pared
El señor que hace lavado de autos a domicilio recibió una bicicleta adaptada, pero el "regalo" terminó complicándole la vida. Hoy pide que no lo asocien con la política para no seguir perdiendo clientes y ruega que la gente lo llame para trabajar.
Gustavo Cáceres lava autos y motos a domicilio en Resistencia. Es su único sustento. Hace unas semanas, el gobernador Leandro Zdero le entregó una bicicleta modificada con un carro para transportar sus herramientas. Pero lo que parecía una ayuda se convirtió en un problema.
Su historia se viralizó en las redes oficiales del gobierno chaqueño, ya que en la cuenta del mandatario se posteó un video que apelaba a la emoción a partir de la asistencia social.
“Yo no sabía que el gobernador me iba a dar la bicicleta esa con el carro. Fui a lavar una camioneta y cuando terminé apareció él con eso”, contó Gustavo.
"Es muy pesada la cosa esa, no me sirve así como me la dieron", explicó, en un video. Tuvo que desarmarla y adaptarla a una moto que le regalaron antes: "Gasté plata que no tenía para modificarla", agregó.
El vehículo que le entregó el mandatario era muy pesado y tan difícil de manejar que le hacía perder tiempo y clientes.
“Yo sigo trabajando porque necesito”, comentó e incluso relató que fue insultado en la calle por personas que lo asociaron con el oficialismo. La confusión aumentó cuando el gobierno difundió imágenes de la entrega.
"Hay gente que me grita cosas en la calle, creen que ahora soy empleado del gobierno, pero yo sigo laburando por mi cuenta", dice. Peor aún, las promesas de asistencia se esfumaron. "Dijeron que me ayudarían con mis trámites, pero nunca más me llamaron".
A pesar de todo, Gustavo no se rinde. Sigue levantándose temprano para recorrer la ciudad con sus baldes y trapos con lo que pudo armar por su cuenta, ofreciendo el mismo servicio que siempre brindó: lavado de autos y motos a domicilio, con responsabilidad y esfuerzo.
"Lo único que pido es que me sigan llamando, que no me dejen sin trabajo", insiste. Su número de teléfono (el 3624288569) sigue activo para quien necesite su servicio.
Pese a las dificultades, Gustavo no se detiene. “Mejor me quedaba con mi bicicleta y mi cajón de antes nomás”, reflexionó.
Su historia expone un dilema recurrente: las ayudas públicas, cuando no están pensadas desde las necesidades reales de la gente, pueden terminar siendo un obstáculo más en la vida de quienes ya enfrentan dificultades. Porque más allá de los gestos de campaña, lo que Gustavo necesita es lo que siempre pidió: trabajar.