El Gran Resistencia: inflación más alta y canastas básicas más caras que en Buenos Aires - EsChaco.com - Resistencia

INFORME DE LA CONSULTORA POLITIKÓN

Lunes, 16 de junio de 2025

El Gran Resistencia: inflación más alta y canastas básicas más caras que en Buenos Aires

En mayo de 2025, el IPC del principal conglomerado urbano del Chaco superó al nacional y al del NEA, con una inflación interanual del 42,4%. Una familia necesita en la provincia más de $533 mil mensuales para no caer en la indigencia, un 6,6% más que en el GBA.

El Gran Resistencia, el principal conglomerado urbano del Chaco, enfrenta una dinámica inflacionaria preocupante. En mayo de 2025, el IPC local registró una suba del 2,5%, superando al índice nacional (1,5%) y al del NEA (1,3%). La inflación interanual alcanzó el 42,4%, con sectores como Propiedad, Agua y Electricidad (+106,8%) y Atención de la Salud (+62,5%) liderando las alzas. Estos datos reflejan un costo de vida en acelerado crecimiento, donde servicios básicos y salud privada presionan fuertemente el bolsillo de los chaqueños.

Para no ser considerado indigente, una familia tipo en el Gran Resistencia requiere $533.061 mensuales (CBA), un 6,6% más que en el GBA ($500.281). La Canasta Básica Total (CBT), que marca el umbral de pobreza, se ubicó en $1.207.285, un 8,7% por encima del valor porteño ($1.110.624).

Estos números -expuestos por la consultora Politikón- evidencian una brecha regional crítica: mientras el país desacelera la inflación, el Chaco enfrenta un encarecimiento persistente de bienes y servicios.

El incremento interanual del 38,8% en la Canasta Básica Alimentaria (CBA) y del 43,8% en la Canasta Básica Total (CBT) refleja un deterioro acelerado del poder adquisitivo. En los últimos 12 meses, una familia tipo necesitó $148.937 adicionales solo para cubrir la alimentación básica, y $367.641 más para evitar la pobreza. Este fenómeno se agudiza al comparar con el GBA, donde las canastas son significativamente más accesibles.

La disparidad de precios se explica por factores como la dependencia de insumos importados, costos logísticos elevados y menor competencia en el mercado local. Sectores clave como salud (+7,7% mensual) y esparcimiento (+4,5%) muestran incrementos superiores al promedio, afectando especialmente a los hogares de menores ingresos. Urgen políticas públicas que aborden estas asimetrías, desde subsidios focalizados hasta incentivos para la producción local, para mitigar el impacto en una región históricamente postergada.

Conclusión

El Gran Resistencia no solo sufre una inflación más alta que el promedio nacional, sino que además enfrenta costos de vida superiores a los de Buenos Aires. Con una familia necesitando casi 450 dólares mensuales solo para no ser indigente, y más 1.000 dólares para no ser pobre; la situación demanda acciones inmediatas para reducir la brecha socioeconómica y garantizar condiciones de vida dignas en el norte argentino.