Según explicaron los especialistas, “con el avance del tratamiento los niños podrán oír, hablar y manejar el vocabulario de igual manera que un chico que nació sin ninguna dificultad”.
Se trata de un niño de seis años de Resistencia y otro de dos, de San Martín que fueron detectados por la coordinación provincial del Programa de Detección Temprana y Atención de la Hipoacusia. En el último caso, el pequeño recibió un implante bilateral, es decir, en ambos oídos. Uno de los profesionales del equipo de cirugía, Rafael Knopoff, explicó que las operaciones se llevaron adelante en los términos correctos y que ambos evolucionan favorablemente. Asimismo, hizo especial énfasis en que “con el correr del tiempo y el avance del tratamiento los niños podrán oír, hablar y manejar un perfecto vocabulario al igual que cualquier niño oyente normal”. “Gracias al implante están conectados al mundo de sonoridad al igual que cualquier pequeño que nació sin esa dificultad”, comentó. El equipo de especialistas destacó que hasta la fecha ya son seis los implantes realizados en el efector capitalino “que permitieron brindar una mejor calidad de vida a los niños de la Provincia y aumentan el prestigio del servicio de cirugía”. Para concluir, Knopoff destacó la “gran predisposición y calidad humana del equipo de trabajo del Pediátrico, que se manejó de manera fluida durante toda la operación”. “Gracias a la preparación y voluntad del equipo y el apoyo logístico de la Provincia pudimos concretar estos, los anteriores y lograremos realizar futuros implantes”, agregó. En la oportunidad junto a Knopoff, estuvieron presentes en el anuncio, el subsecretario de Salud, Carlos Franco, el director del efector capitalino, Juan Mario Jacobacci; del equipo médico que llevó adelante la operación, Fernando Murcia y las referentes provinciales del Programa, Vanina Crenna y Valeria Jantus.
Rehabilitación
Jantus comentó que a través del Programa “ambos niños ya fueron preparados para una favorable adaptación del implante y están familiarizados con el tratamiento”. Antes, explicó que al cumplirse un mes de la cirugía se produce el encendido del dispositivo implantado y la rehabilitación del paciente que consiste en habilitar el canal auditivo. En lo que respecta a esta activación, indicó que “se hace a una velocidad muy cómoda para que el niño reaccione positivamente a los estímulos y luego se va aumentando, de modo que pueda ir reacomodándose sin molestias”.
Hipoacusia e Implante
Cabe mencionar la hipoacusia es el déficit funcional que ocurre cuando una persona pierde la capacidad auditiva en mayor o menor grado. Esta pérdida puede ser leve, superficial y moderada. Mientras que la sordera es la pérdida de más del 70 por ciento de la audición, la hipoacusia es del 20 a 30 por ciento. En tanto que la intervención quirúrgica consistió en el implante de un aparato en el oído interno, dentro de la cóclea –órgano dañado- que sirve para transformar las señales auditivas en impulsos eléctricos que van al cerebro y permite a la persona captar los sonidos. El dispositivo es un “puente” que conecta a los oídos externos, medio e interno. A través del procesador exterior -fuera del cráneo- se recibe los sonidos que luego son enviados al procesador interno y finalmente, llegan a la cóclea. Al ser una prótesis, no “cura” la hipoacusia, pero sí sustituye la función del órgano afectado.