Así es la vida muchachos. Uno llega y el otro se va. Ingrato destino para el que parte agotado de tanto trabajar por el modelo. Justo ahora que el proyecto nacional engordó y camina fenómeno llega uno nuevo a comerse el lechón: el famoso Compañero Coqui. Impecablemente vestido, engominado, afeitadito, con la voz firme y confiada, pero sutilmente tenso, mirando de reojo preocupado de que no se le aparezca la jermu con un hacha en la mano.
No quiero asustarlo Compañero Coqui, pero conociendo los antecedentes, yo iría poniendo los pilotes de hormigón en la vereda de Balcarce. Por las dudas, no sea cosa que un día se le aparezca ella, como ya le pasó en Resistencia, llevándose por delante con una 4x4 a los granaderos para terminar estrolada contra las columnas del Patio de las Palmeras.
De todos modos, buen comienzo Coqui. Voces a favor. Optimismo. Y encima el mismo día del anuncio de su nombramiento reapareció por televisión la Compañera Jefa. Bonita. Elegante. Relajada. Sin embargo, a los dos minutos ya la estaban criticando por mostrarse con un perrito. Manga de hipócritas. Menem se pasó diez años rodeado de gatos y nadie le dijo nada.
Ahora llegó el momento de instalarse en el despacho tan ansiado, acomodar las cosas, poner los portarretratos (ojo, no se equivoque de Jefe), desconectar los micrófonos que dejaron Alberto y Aníbal Fernández, y ponerse a mirar los monitores que tiene a un costado para controlar lo que dicen los canales de televisión, que es lo que suele hacer todo jefe de Gabinete que se precie de tal. Por supuesto, de aquí en más, prepárese para la crítica. De hecho, ya le enrostraron que fue el jefe de Gabinete de Duhalde. Como si el resto del kirchnerismo hubiera llegado de Noruega.
Vamos Compañero. Ahora a arremangarse, juntar fuerzas, respirar hondo y empezar a volantear todo para la derecha que se acabó la guita. En realidad, mucho no va a tener que volantear porque no estaban tan lejos que digamos. Suerte.
En cambio a vos Compañero Guille, ¿qué más se te puede decir que no se haya dicho en todos estos años? Sólo palabras de agradecimiento. Ante la angustia de la hoja en blanco, siempre fuiste una fuente inagotable de inspiración.
Deberían haberte despedido con mejores honores. Todavía no terminaste de sacar y guardar las pistolas del escritorio y ya llegaron caras extrañas a ponerle impuestos a los autos de lujo, yates y aviones, cercenándole al pueblo la posibilidad de comprarse el Lear Jet. Otra vez, un país para pocos.
Pero nadie te olvidará. Los ricos de la Argentina te agradecerán por siempre, tanto a vos como al Gobierno Nacional y Popular, por haberles permitido comprarse los autos de alta gama financiados por la clase trabajadora. Estoy seguro de que pronto veremos el inevitable pasacalle: “¡¡Chau Guille!! ¡¡Gracias por el Audi!! (tus amigos de Barrio Parque)”.
Sabemos que, pese a las constantes difamaciones, fuiste un ejemplo de concordia política. Teniendo en cuenta que tu origen político es la ortodoxia peronista y la de los Kirchner era la JP Regional y la Tendencia, si te los hubieras cruzado en el 73, los habrías mirado muy mal. Y de haberlos cruzado en el 74 o 75 directamente los habrías molido a palos. Es más, si te hubieras cruzado a Kicillof, lo hubieras cortado en pedacitos. En cambio ahora los mirás con amor. Pensar que todavía hay gente que dice que el kirchnerismo divide a los argentinos. Si esto no es unión y reconciliación, que me digan entonces qué es.
Pero bueno. Arriba los corazones. Comienza otra etapa. Miremos la parte positiva. Muy pronto podrás pararte en la calle y gritar: “¡¡Acá la inflación es menor al 10% y no se discute más, carajo!!”, y tendrás absoluta razón porque lo vas a estar gritando en Roma. Te nombraron Agregado Económico en Italia. No tenés cargo, papá. Una gran designación para terminar de enaltecer la imagen internacional de la Argentina, por las dudas de que lo hecho por Timerman no hubiera alcanzado.
Un premio más que merecido pero insuficiente. Yo creo que un mejor homenaje a tu gestión y a la del jefe de Gabinete saliente hubiera sido lanzar ahora mismo la tan postergada tarjeta de crédito que vos proponías. Por si no se les ocurrió aún, yo tengo el nombre apropiado para la ocasión: Tarjeta CABAL Medina. Es una idea nomás. Te la regalo.
Lamentablemente te toca ir al exterior justo ahora que se acaba la joda de la tarjeta. Los Compañeros Coqui y Kici van a terminar con esta facilidad que le diste a la clase media de poder viajar y gastar con tarjeta a un dólar de 7 cuando en realidad valía 10. Para colmo la AFIP no te va a autorizar más de 40 euros por día. Yo que vos, me llevaría algo del cotillón que te sobró para venderlo allá (globos, remeras, banderas, etc) y juntar unos mangos. En todo caso, le cambiaría la leyenda y le pondría una que diga “Corriere della Sera MIENTE”.
Compañero Guille, aún en la distancia del Viejo Continente, debés saber que nunca serás olvidado. Quizá, alguna fría tarde romana, volviendo de San Pedro por la Via della Conciliazione, escucharás el inconfundible motorcito de una Siambreta acercándose presta para dar il sorpasso, y al pasar junto a ti, un argento cobarde que no se animó a enfrentarte ni abrió la boca durante tus años de gloria, te violentará con un corte de manga al grito de: “¡¡Va fan culo, Moreno!!” Más tú no debés prestarle atención. Hay que ser paciente. Ya lo dijo el famoso filósofo kirchnerista Ricardo Forster: “Sólo el inevitable paso del tiempo acerca el laurel de la liberación al patriota latinoamericano, pero ojo que a veces tarda una bocha”.
Por eso, con la autoridad moral que esta página tiene, dadas las veces que supo mandarte al carajo en tus años de omnímodo poder, hoy en tu retirada te entrego una frase que nos viene del pasado con voz cascada: “Este viejo adversario despide a un amigo”. Arrivederci Guille.
Posdata: antes de que me olvide, los Reyes Magos son los padres y la inflación es del 25%.