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Por Oscar Thomas, Director Ejecutivo de Yacyretá
Miércoles, 4 de diciembre de 2013
El Tratado de Yacyretá cumple 40 años
Hace 40 años, el 3 de diciembre de 1973, Argentina, a través del Presidente Juan Domingo Perón, y Paraguay, firmaron el Tratado de Yacyretá.


Cuatro décadas para un proyecto como el de Yacyretá es muy significativo, primero porque Yacyretá surge del proyecto del Presidente Perón, quien firma el Tratado de Yacyretá en 1973, con su par paraguayo, el General (Alfredo) Stroessner.

Y el objetivo de Yacyretá era producir desarrollo en la región, generar energía para la Argentina y para el Paraguay, y fundamentalmente sustituir importaciones de petróleo y afectar menos el ambiente con la polución que da el equivalente de quemar petróleo o sus derivados, como gas, gasoil o fueloil.

Yacyretá también constituye, desde ese momento de la firma, una fuerte apuesta a la integración, entre Argentina y Paraguay, y también como una suerte de ofrenda de paz a través de la construcción del vínculo con Paraguay, después de esa historia de la guerra de la Triple Alianza. Yacyretá constituye en los hechos, visto desde el presente cumplido el objetivo de la integración plena con el Paraguay.

El líder que fue Juan Domingo Perón, fue un visionario, pero fundamentalmente quien instaló como política de Estado, y ampliamente en el territorio de la Argentina, la generación hidroenergética. Desde ahí no pararon de hacer emprendimientos. Quizás se aletargaron más en el tiempo, pero se evaluó el potencial hidroenergético de la Argentina que era importante.

En 1926 se empezó a hablar de algún aprovechamiento de los Saltos del Apipé, donde hoy está Yacyretá. En el 58 se había constituido una comisión técnica mixta, pero el fuerte impulso que le dio Perón en 1973 fue contundente.

El 8 de diciembre de 1973, ante la CGT estableció que la energía hidroeléctrica era necesaria para el país y su desarrollo económico.
Y así, como ese discurso, también es muy importante lo que escribió Perón cuando mandó el proyecto de ley para aprobar el Tratado que ha había firmado con Stroessner. Primero plantea una suerte de queja porque se demoró 25 años para hacer Yacyretá. Y surge el visionario en cuanto al aprovechamiento hidroenergético como instrumento de sustitución de importaciones, del petróleo, por sobre todo.

Esa visión estratégica de Perón sobre la energía hidroeléctrica tiene validez hoy, 40 años después. Tiene mucha validez. Tanto es así que después del aletargado proceso de 30 años transcurridos para Yacyretá, en el 2003, como política de Estado, el Presidente Néstor Kirchner retoma ese proyecto que estaba planchado en Cota 76, desde el momento mismo que a Menem y Wasmosy se les cercena la intención política de privatizar el emprendimiento.
La Argentina, por decisión de Menem, prácticamente paraliza el emprendimiento, que es retomado en la época de Néstor Kirchner y continuado por la Presidenta Cristina Fernández de Kirchner.

Hay documentos que demuestren que existió la intención real de privatizar este emprendimiento binacional. Sí. Un documento contundente, por ejemplo, fue un acuerdo entre Menem y Wasmosy, en el año 1994, que se dieron un año para que se trate en los respectivos Congresos. Y los respectivos Congresos no apoyaron y el acuerdo entre Menem y Wasmosy cayó de hecho. Y después el Secretario de Energía (Carlos) Bastos comunica que la Argentina retiraba su apoyo de financiamiento del emprendimiento.

Cronología

El Tratado de Yacyretá se firma en el año 1973. En el mismo momento se firma Itaipú. Itaipú nunca paró y en 1983 inicia a funcionar su primera turbina. Yacyretá fue atravesada por los avatares políticos, sociales y económicos de Argentina, fundamentalmente, que impactaron sobre la marcha del emprendimiento.

La primera fase de la obra e ejecuta entre el 78 y el 83: los campamentos, las obras provisorias.

En 1983 comienzan las obras principales, que son la sala de máquinas, el vertedero, la exclusa de navegación, los muros de contención que hay sobre el lado paraguayo; 65 kilómetros de muros para que no se inunde el territorio paraguayo. Las compuertas de los vertederos se construyen, y se empiezan a instalar las turbinas en el año 1994. La primera turbina, y la última entra instalar y a operarse a partir de septiembre del año 1998.

O sea, el emprendimiento principal comienza en el 83 y se puede decir que queda terminado plenamente en 1998. Y de ahí queda el emprendimiento operando a una cota reducida del proyecto definitivo, a cota 76 metros sobre el nivel del mar, medido en el eje Posadas- Encarnación. Y esa cota era significativa porque era el límite máximo que podía estar operando el embalse en esta zona de Posadas- Encarnación, porque no se habían hecho las obras complementarias.

La parálisis del proyecto fue resultado de un conjunto de causas concurrentes. Por un lado se habían sacado de la responsabilidad contractual del proyecto al ingeniero, que en ese momento era la consultora de Ingeniería que proyectó la central hidroeléctrica, que era C.I.D.Y. Consorcio de Ingeniería para Yacyretá, que estaba integrada por Harza, Lahmeyer y otros conjuntos de consultoras argentinas y paraguayas.

Yacyretá decidió que la iba a resolver por sí misma a los proyectos de las obras complementarias. Y eso no lo hizo en el tiempo. Entonces, como no tenía los recursos para invertir, como entre el 94 y el 95 había caído el plan de privatizar Yacyretá, de hecho, la instrucción era entre estas partes que no estaban consustanciadas y comprometidas en que este proyecto se termine definitivamente, porque habían no solo las obras complementarias, había un hecho fundamental que no estaba realizado que era el Canal del Aguapey y la Presa del Arroyo Aguapey, que era un hito importante que se tenía que tener terminado para poder elevar el embalse; aparte de las obras que protegían las ciudades fundamentalmente de las ciudades de Encarnación y Posadas, y que involucraba la relocalización de miles de familias en la zona.

Eso hizo que el emprendimiento opere al 60% de su capacidad y que esté con 7 metros por debajo de la cota definitiva del embalse de operación.
Por ejemplo, nosotros tenemos hoy 3.100 megavatios de potencia nominal instalada y la potencia efectiva que estaba operando en ese tiempo la central hidroeléctrica era de 1.300 MW, y con una generación que no llegaba a los 12.000 GW/hora por año. Faltaba un diferencial de 7 metros del embalse y de una generación de casi 8.500 GW/hora/año, que no se habían producido por no llegar a la cota definitiva. Ese era el proyecto inacabado, pera fundamentalmente no estaban hechas las obras, ni proyectadas las obras de mitigación de impacto en la región de Posadas-Encarnación y otras 5 ciudades aledañas.

Harza-Lahmeyer eran una consultora de Estados Unidos y la otra de Alemania, consorciadas con un conjunto de otras empresas consultoras argentinas y paraguayas. Ellos habían ganado la licitación, para la proyección del emprendimiento. Ellos hacían de lo que se llamaba la figura del “ingeniero”, con mayúsculas, que se dedicaban a proyectar, preparar los pliegos, los procesos licitatorios, la administración de los contratos y el cierre de los contratos. Prácticamente Yacyretá no era una unidad técnica. De hecho fue armando su unidad técnica a los efectos de hacer un control administrativo a quienes dirigían el emprendimiento, que era el “ingeniero”.
En ese tiempo, los Estados socios en el emprendimiento no tenían prácticamente ninguna otra intervención más que la de tomar préstamos para las obras y pagar los cheques. Así era. Así fue siempre. Y aprobar los certificados que emitía el “ingeniero” a la contratista y por los órganos de conducción de la empresa y pagarlos.

Primero Harza-Lahmeyer y luego la Consultora C.I.D.Y. eran, digamos, Yacyretá.

Por eso cuando ingresamos nosotros a Yacyretá en el 2003, una de los temas que teníamos que resolver era eso, aparte de las obras inconclusas, las compensaciones por afectaciones inconclusas o no tratadas, expropiaciones de territorio para ejecutar las obras, o para servir de vaso del embalse, por inundación. El tema pendiente era muy significativo, y que muchos no quisieron abordar, porque era muy complicado resolver obras en medio de miles de habitantes.

Recuperación del rol de los Estados

En el año 2003 se produce el principal cambio en la historia política de Yacyretá que es la decisión de los dos Estados de terminar las obras. Pero, sobre todo, se tomó la decisión de que ambos Estados retomaran el gerenciamiento pleno de las obras y de la generación.

Esto es correcto y cierto. Los dos gobiernos reaccionaron. La Argentina, por primera vez en la historia del emprendimiento, tuvo la mayor participación política institucional en consolidar y fortalecer a la Entidad Binacional Yacyretá.

Anteriormente en la etapa del Proceso, el gobierno de la dictadura fue protagónico con Videla y Martínez de Hoz, que por decretos leyes aportaron recursos para financiar Yacyretá.

En la época de la democracia, con un decreto de Alfonsín, se continuó parte del financiamiento siguiendo ya la misma dinámica que se había impreso a partir del 76. De ahí en más, cuando viene Menem a la Presidencia, da también un impulso pero con el objeto de privatizarla. Tanto es así, que en su momento, pronuncia una infeliz frase que signó a Yacyretá de mala manera que decía que “era el monumento a la corrupción”.

Y en ese mismo momento, toda posibilidad de crédito que tenía Yacyretá, se cortó. Hasta los mismos bancos, el Banco Mundial y el BID, que eran órganos principales de financiamiento de determinadas cosas en Yacyretá, se vieron impactados porque eran organismos crediticios que estaban relacionados con Yacyretá y de golpe si el organismo a quien prestaban recursos decía ser que era corrupto, y ellos estaban tantos años con Yacyretá no dejaban de recibir un coletazo a esos efectos.

Pero, fundamentalmente, lo que hizo fue que pierda relativamente valor Yacyretá frente a la sociedad, y esa desvalorización se arrastre a que nadie la quiera abordar. Tanto es así que después hubo una acción pasiva de la sociedad en oportunidad que Yacyretá estaba por ser privatizada. Si no hubiese sido por la visión histórica, y en perspectiva, que tuvieron los Congresos de ambos países, Yacyretá hubiera estado en manos de un privado y no sé si se hubiera podido terminar. No es posible imaginar un operador privado, gestionando, sacando gente de zonas que se iban a inundar, con la generosidad que hicimos nosotros para que acepten ser relocalizados.

Hay en esta secuencia de hechos una síntesis histórica que se puede hacer: Perón piensa estratégicamente la importancia de una obra hidroeléctrica en esa región y firma el Tratado de Yacyretá. Después de esas alternativas políticas Yacyretá se construye a medias en definitiva y queda casi en un punto muerto durante más de 10 años en 76 metros sobre el nivel del mar, hasta que los Presidentes Néstor Kirchner y Nicanor Duarte Frutos acuerdan la terminación y allí surge el Plan de Terminación de Yacyretá.

Esto se hace en la gestión política del Ministro de Planificación Federal, Julio De Vido, también, que apoyó y sigue apoyando hoy fuertemente a esto. En la Entidad yo entro prácticamente a 40 días después que entraron ellos, a administrar la empresa. No ha sido fácil terminarla porque había una importante deuda territorial en la región con los gobiernos locales, tanto municipios como departamentos o gobernación.


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