La necesidad de una estrategia para el crecimiento del Deporte Organizado
Para quienes somos antiguos observadores de la política deportiva nacional, sabemos que, estamos en un momento clave para el deporte argentino.
La creación del ENARD - Ente Nacional de Alto Rendimiento Deportivo - ha dado, un gran estímulo a nuestros deportistas de elite y a los que tienen condiciones para llegar a serlo. La renovación de autoridades en el Comité Olímpico Argentino y la Confederación Argentina de Deportes, que por primera vez, en muchos años, están en sintonía y con proyectos federales y ampliamente participativos en común, da un gran impulso a estos organismos. El funcionamiento del Consejo Nacional de Deportes se ha ido consolidando en estos tres últimos años, hasta estar preparado para la función que fue diseñado por Juan Domingo Perón en su Ley de Deportes, que fue delinear y ejecutar entre todos una política deportiva nacional de corto y largo plazo.
Por otra parte, diez años continuos de Juegos Nacionales Evita, con el agregado de los deportes para chicos con discapacidad, adultos mayores, o los juegos culturales, con nuevas disciplinas y perspectivas, como por ejemplo, el trabajo con las federaciones nacionales en varios de los deportes individuales para la revitalización de actividades como el atletismo, la lucha, el box, y otros, en apoyo de los jóvenes deportistas amateurs, el descubrimiento de talentos, entre los que se destaca Brian Toledo. Además, hay que decir que los Juegos Evita han ido tomando una dimensión distinta a las diseñadas originalmente, es absolutamente lógico que más de 60 años después, de los objetivos originales, de control de salud e integración (que siguen siendo muy importantes) se agreguen otros, como los antes mencionados. Este rediseño de los juegos está en marcha en forma positiva pero desordenada, creo que aún queda mucho por discutir sobre el tema, principalmente sobre sus actuales objetivos, ya que las modificaciones se fueron realizando sobre la marcha, y me parece importante que los diferentes actores que componen el Consejo Nacional de Deporte opinen sobre la estrategia de fondo y los objetivos a largo plazo. La realización de los Juegos de la Juventud en Buenos Aires 2018, nos ha puesto una meta cercana para trabajar con nuestros jóvenes de 12 a 14 años, como primer paso del descubrimiento y consolidación de quienes nos representaran internacionalmente en la próxima década del 2020, los especialistas consideran, que la formación de un representante internacional lleva diez años para entrar en condiciones de competencia, si nos ocupamos seriamente para el 2018, sabremos que estamos trabajando en la representación deportiva del 2020 en adelante.
Generalmente cuando hablamos de modificar el proyecto nacional de deportes, se esquiva hablar de los cambios necesarios en las políticas deportivas hacia clubes, federaciones o confederaciones. Cuando se trata la política de desarrollo, deriva en cuánto dinero se necesita en infraestructura, se habla de los recursos destinados a las representaciones nacionales, la necesidad de los planes de captación de talentos, capacitaciones y otros temas que no son el fondo de la cuestión. El fondo de la cuestión es: ¿cómo está armado nuestro sistema federativo nacional?, que son las competencias desde donde deben salir nuestros atletas; todas las discusiones que pretendan ser serias terminaran finalmente allí. Cuando hablo del sistema federativo nacional, es decir del deporte organizado, clubes, asociaciones, federaciones y confederaciones, estoy hablando de estructuras administrativas y políticas arcaicas, diseñadas hace al menos cincuenta años, y que se han ido emparchando con sistemas de competencias dictados por las circunstancias, los avatares económicos y por las necesidades de los organismos o representaciones internacionales, inclusive con estatutos que se contradicen en algunas oportunidades con la ley de deportes de la Nación, en otros casos, solo garantizan la continuidad de quienes dirigen, así tengan toda la base en contra, o que el sistema deportivo y dirigencial sea desastroso, la mayoría de las veces con políticas recaudatorias que exprimen a las categorías menores para mantener y financiar a la elite. Si Uds. hacen un mínimo análisis, se dan cuenta que todas estas falacias atentan contra la principal y única solución a nuestro problema, que es el ensanchamiento de nuestra base deportiva, sin esto, todos los proyectos son cortoplacistas y caros. Por supuesto que habrá excepciones, pero la realidad nos demuestra que son eso, excepciones.
Apuntando a encontrar soluciones prácticas y que podamos desplegar a corto plazo, propuse al CONADE, el tratamiento de dos proyectos que apuntan a crear condiciones para soluciones paulatinas de todo el sistema, pero hay que aclarar que son de transición, hasta que se produzca la verdadera reforma integral diseñada por todos, con una política a largo plazo que garantice a toda nuestra población el acceso al deporte y la actividad física, y a nuestro deporte de elite, el máximo desarrollo. Siguen dos propuestas que me parecen muy importantes para discutir e impulsar desde el deporte nacional.
Juegos Argentinos
Desde tiempo atrás venimos planteando la necesidad de gestación de los Juegos Argentinos, competencia que encuentre a los ganadores de los diferentes juegos regionales (Patagónicos, del Centro de la República, etc.), tanto es así, que en algunos casos, es difícil avanzar en la organización y consolidación de algunas regiones por la necesidad de crear una competencia superior que sea objetivo de los mismos. Con esto se lograría una política deportiva compartida que unificaría una estrategia nacional para el desarrollo del deporte federado de alta competencia. Los objetivos a priori, serían un desarrollo uniforme del deporte nacional, nivelando las posibilidades de todas las regiones y provincias, obviamente ampliando sustancialmente la base de nuestra población deportiva, con todo los beneficios que ello implica, además del valor agregado social de democratizar las posibilidades, integrar las regiones, reforzar la identidad, etc. Los Juegos Argentinos realizarían la importante misión de ampliar la difusión geográfica de los deportes Olímpicos y Paraolímpicos que necesitemos impulsar o desarrollar, facilitando una estrategia política centralizada en este sentido.
Si queremos que estas ideas no queden en un proyecto, tenemos estrategias simples y directas a seguir: 1) Crear un reglamento con los deportes que serían los “fundadores de los juegos”; 2) Poner una fecha y lugar de realización de la final de los mismos; 3) Designar el sistema de clasificación por regiones (cantidad de equipos, deportistas por deporte, etc.); 4) Designar el objetivo deportivo de los mismos, Odesur, Panamericanos, Juegos de la Juventud, etc.; 5) Asignar un presupuesto de colaboración para los organizadores de cada región según la cantidad de provincias involucradas. Este sería un sistema rápido y concreto de avanzar en la creación efectiva de los mismos, por supuesto que existen otras maneras de desarrollarnos, pero esta es una sugerencia ejecutiva y que se puede resolver de manera práctica y ágil, cometeremos errores que se pueden corregir a medida que avancemos, pero no nos quedaremos paralizados en una crisis que nos da muchas oportunidades de crecimiento, y que además, son “nuestra oportunidad”. Con satisfacción he escuchado al nuevo presidente de la Confederación Argentina de Deportes Don Víctor Santa María plantear la idea para desarrollarla en el 2014, en el mismo sentido, se ha expresado el Secretario General del Comité Olímpico Argentino Mario Moccia, creo que estamos en sintonía, muchas provincias organizadoras de juegos regionales necesitan de este ordenamiento, solo falta la decisión política.
Organización del deporte formativo Federado Nacional
Es evidente que la creación del Ente Nacional de Alto Rendimiento ha sido un salto de calidad para nuestros representantes nacionales hacia las competencias internacionales, nadie puede discutir los beneficios que ha traído esta institución a nuestros deportistas de elite, pero debemos reconocer que poco hemos progresado en general, en la detección y formación de nuevos talentos, medidas aisladas nos han dado logros circunstanciales en este sentido, los Juegos Evita con la inclusión de nuevos deportes ha sido un paso adelante, los programas de detección que desarrollan diferentes confederaciones, nos parecen esfuerzos esporádicos, pero poco satisfactorios en lo general. Además creo que la proliferación de planes de detección de talentos es un parche que trata de tapar la necesidad de ampliar la base deportiva, pero es un parche que deja grandes huecos, lo lógico, lo sano, sería que los talentos se detectaran en competencias masivas donde los chicos se destaquen por su realidad deportiva, y desde allí, avanzáramos en apoyar sus condiciones naturales, y no al revés, que es fijándonos en su taya o biotipo, y desde allí, inducirlo al deporte donde más podría rendir, sin considerar como prioritario sus gustos o carácter. En lo personal creo nadie ataca el fondo de la cuestión, que es la organización de las competencias formativas nacionales. Lamentablemente, en las categorías infantiles y cadetes de la mayoría de los deportes, no juegan los más talentosos sino los que “pueden económicamente”. Y puedo decir más, sin temor a equivocarme, en muchos casos las categorías menores “financian” a las categorías mayores, siendo que algunas asociaciones ponen su mayor afán recaudatorio en las mismas, dada la necesidad de los jóvenes y padres de obtener un “futuro” en la disciplina, explicar lo injusto y negativo, deportiva y moralmente de esta situación me parece innecesario. Es evidente además, que esta onerosidad se hace más perjudicial para quienes viven lejos de los centros de competencia, convirtiéndose de esta manera en una situación excluyente y discriminatoria, dos situaciones que me animo a afirmar, que quienes integramos los organismos del deporte nacional nos parecen contrarios a nuestros grandes objetivos.
Es nuestra responsabilidad plantear estrategias superadoras para el desarrollo deportivo de nuestro país, por lo que propongo que la Secretaría de Deportes de la Nación y el ENARD financien y supervisen las categorías Sub 14 y Sub 16 (se puede estudiar las edades según la conveniencia del deporte), de todos los deportes que nos representen en competencias Olímpicas. Los mismos se pueden realizar de manera óptima y absolutamente gratuita, incluyendo traslado, en los complejos de Embalse Rio Tercero o Chapadmalal, adecuando los reglamentos de los torneos de las Federaciones Nacionales. Por ejemplo, en los deportes por equipos, una selección por provincia o distrito federal (estén o no estén incluidos en la federación nacional - Argentinos somos todos- y acordémonos que solo son dos categorías formativas), y en los deportes individuales, tres deportistas por distrito más los diez mejores del listado nacional.
Creo que esto dará un gran impulso a todo nuestro deporte nacional, a la organización federativa, el descubrimiento de talentos, la consolidación deportiva, pero fundamentalmente es una política integradora y de Justicia Social, igualar la posibilidad deportiva a todos los jóvenes de nuestro país, vivan donde vivan y sean de la condición social que sean.
Apto de salud para la práctica del deporte
Me parece muy importante hacer algunas observaciones sobre este tema que fue tratado en varias de las reuniones del CONADE, cuando Ramón Carrillo ideo los Juegos Evita lo hizo con la primordial idea de que todos los participantes de los juegos pasaran por una revisación médica, todavía recuerdo que en los Juegos del año 1974, cada uno de los que llegábamos a Embalse Río III éramos sometidos a una revisación médica y a un examen bucal, años después, pienso que esto era un reconocimiento tácito para quienes llegaban a esta instancia final no habían pasado por un examen médico serio con anterioridad, creo que en la actualidad ocurre lo mismo (con honrosas excepciones por supuesto). Creo que salvo los mayores de 60 (adultos mayores) muy pocos son los que llegan con un apto médico meticuloso (en el caso de los adultos las provincias han ido ajustando sus exámenes, simplemente porque en el afán de participar muchos mentían su condición médica, y presionaban al sistema para su admisión, y luego terminaban internados en algún nosocomio de Mar del Plata), incluidos los chicos discapacitados, que en muchos casos deben ser evaluados nuevamente al llegar, para categorías o deportes, porque su ficha médica y por consiguiente su nivel, no es correcto.
El tema del apto médico deportivo, es algo de gran importancia, que tiene a especialistas trabajando y que ya se ha discutido, en varias oportunidades en el CONADE, ahora, es una muestra de nuestro fracaso como sociedad, ya que cuantos aptos médicos, fichas o controles debe hacerse un niño o un joven en el transcurso de diferentes actividades, uno para cobrar los planes, uno para ingresar a la escuela primaria, otro para la secundaria, otro para la universidad y otro laboral, otro si se posee un seguro, etc., y además, otro para el deporte, lo que demuestra que nadie tiene un seguimiento médico serio de nuestra población, lo que nosotros debemos lograr es que exista un expediente médico unificado serio, que tenga un seguimiento a través de nuestra vida, y que certifique nuestra aptitud médica no solo para el deporte, sino también para el estudio y el trabajo, y que responda a la necesidad de un seguimiento integral en todas las etapas y actividades de nuestra vida. Para peor cada deporte y asociación quiere diseñar un apto médico diferente, como si lo importante no fuera la persona, sino cubrirse legalmente de algún problema de salud o accidente. Por esto me parece primordial que impulsemos una ficha médica universal, que sirva para todos los ámbitos, si es necesario asociada a nuestro DNI, creo que debemos pedirlo desde el deporte, si es necesario, y no lo impulsa nuestro sistema de salud, la unicidad de este primordial documento de la salud que debe estar centralizado y poseer una historia médica individual tan importante como el DNI, es un paso adelante que nos debemos como sociedad.
Clubes deportivos
Por último; una de las peores crisis culturales que pasamos es con nuestro sentido de asociación, el individualismo promulgado desde hace años de muchas diferentes maneras, termino deteriorando definitivamente a la base de nuestro sistema deportivo que son los clubes, que además, son los que hacen realmente el “deporte social”, los cientos de humildes clubes de barrio culturales y deportivos que contienen diariamente a miles de niños de todo el país, el deterioro de todo el sistema fue tan rápido que no se ha creado ningún tipo de protección para los mismos, y paradójicamente tampoco se ha legislado responsablemente para regular la creación de nuevos clubes, de esta manera, tenemos antiguos clubes con instalaciones deterioradas pero importantes, al borde del remate judicial, y nuevos clubes que cuentan solamente con sus libros y el facturero en espera del subsidio del gobierno, en ambos casos, magro y desalentador cuando aparece, ya que es un pequeño remiendo, en una situación que pide a gritos un debate importante y una política de estado integral, primero que defina si queremos salvar o no estas instituciones, y después como lo hacemos, ¿si queremos salvarlas? Es mi impresión, que como sociedad parece que no hemos tomado real dimensión de la importancia de los clubes deportivos y culturales de barrio en nuestro tejido social, no los valoramos ni por su patrimonio material y cultural, ni como herramienta de contención e integración, ni como elementos de construcción de una sociedad más justa e igualitaria a futuro, miles de sentidos discursos sobre la importancia nostálgica y cultural de los mismos, y muy pocos o ningún hecho para la reconstrucción y consolidación de los mismos. La legislación es solo de sobrevivencia y para nada de rescate y consolidación. La verdad es que nuestra sociedad, cuando se habla de clubes, se asocia automáticamente a las poderosas instituciones del futbol más ligados a los espectáculos deportivos, que con las cifras millonarias que manejan poco hacen por la contención e integración (proporcionalmente hablando del manejo del dinero de los mismos), ni hablar de los energúmenos (también incluyo a los de guantes blancos) que viven de la violencia y toda clase de negocios ilícitos que se generan con el amontonamiento de espectadores producido en las tribunas o en los medios masivos de comunicación, que nada que ver tienen con el deporte, la integración o la salud, etc. Para peor, cada vez más el periodismo televisivo y radial se aleja de lo netamente deportivo para convertirse en programas de chimentos sobre deportistas, técnicos o botineras, lo que nos distancia de la verdadera discusión, que es la problemática de las instituciones. No se ha creado ninguna legislación de fondo para la regulación, rescate y regularización de los clubes deportivos y culturales, solo parches eventuales para que sigan sobreviviendo de manera precaria. La primera dificultad a superar, es como diferenciar legalmente los grandes negocios producidos por algunos con el deporte o los deportistas, nunca muy claros en quienes reciben los beneficios y con qué fin, y los clubes que realmente realizan el trabajo social tan benéfico para la sociedad y que terminan sosteniendo el sistema y que son los que deben preocuparnos y rescatar. Un debate que extrañamente nadie tiene interés en realizar, y que obviamente, nadie que está ligado a los negocios del deporte quiere promover, aunque se ampare en los discursos sociales del deporte o de las asociaciones con el fin de proteger sus ganancias particulares o de la empresa que representa.
Una muy buena idea viene promocionando el Movimiento Social del Deporte desde hace un par de años, es la de agregar a la Asignación Universal por Hijo, una cuota para que se pague una actividad cultural o deportiva a una asociación sin fines de lucro, este sería un recurso genuino para los clubes que oxigenaría todo el sistema. Requeriría de una reglamentación simple que dirigiera los fondos hacia las instituciones y actividades que nos interesan, y un sistema de control que garantice que los beneficiarios realmente cumplan con la actividad. Es obvio que clubes y jóvenes serian ampliamente beneficiados con la medida. Ya está en conocimiento de la iniciativa muchos miembros del CONADE, de la CAD, el Jefe de Gabinete de Ministros Jorge Milton Capitanich, y algunas provincias que han avanzado sobre legislaciones propias en este sentido.
Como ya lo he dicho en anteriores notas, no me siento dueño de la verdad, pero deberemos empezar a debatir estos temas del deporte si queremos empezar a cambiar la realidad de esta actividad que tanto amamos.