A 82 años de la revolución de los hermanos Kennedy
Se iniciaba el año 1932.
Quince meses antes, el 6 de septiembre de 1930, en Argentina se producía el primer golpe de estado latinoamericano: José Félix Uriburu ensayaba en nuestro país lo que en el siglo XX sería moneda corriente para el poder conservador en el cono sur, derrocando al gobierno democrático de Hipólito Yrigoyen.
Mientras en Buenos Aires la oligarquía conservadora y el radicalismo antiyrigoyenista festejaban el alejamiento de la “chusma” que por primera vez en la Historia Argentina había osado transitar los alfombrados salones de la Casa Rosada, los sectores populares probaron la resistencia con el firme convencimiento de correr tras la Justicia Social y la Soberanía Nacional. En Mendoza, el joven Arturo Martín Jauretche, indignado y con un Colt 38 en su cintura, sale a proclamar su lealtad al Presidente depuesto. Luego de un breve tiroteo es detenido. El Teniente Coronel Edelmiro Farrel, jefe del cuartel, se apiada de este joven idealista apresado con armas en las manos y no le aplica la Ley Marcial, solo lo expulsa de la provincia.
Otros no tienen la misma suerte. En Rosario se fusila a Joaquín Penina anticipando el crimen de José León Suárez y en la Penitenciaría Nacional a los obreros anarquistas Severino Di Giovanni y Paulino Scarfó, antes bárbaramente torturados por la Policía de Uriburu.
La serie de levantamientos populares de la década del ‘30 en el litoral argentino son quizás los prolegómenos del movimiento de masas que sintetizará el peronismo a partir de 1945. En 1931 el General Gregorio Pomar encabezaba el alzamiento Yrigoyenista cuyo epicentro era la provincia de Corrientes.
El día 3 de enero de 1932 a las 3 de la mañana, un grupo de catorce hombres comandados por Eduardo, Roberto y Mario Kennedy tomaron la ciudad de La Paz en el norte entrerriano, en defensa de la democracia. Los hermanos Kennedy vivían el atropello a la Constitución como una afrenta personal y sabían que esta misma Constitución consagra el derecho de combatir a la opresión. El gobernador de facto Luis L. Etchevehere -radical antipersonalista, fundador y propietario de El Diario de Paraná y bisabuelo del actual presidente de la Sociedad Rural Argentina- se comunica con Mario y lo intima a rendirse. Los hermanos Kennedy, de apellido gringo pero de criolla bravura y firmes convicciones democráticas, no se rinden y comienza la persecución por tierra, por agua, por aire, hasta que logran llegar al Uruguay.
Al cumplirse 82 años de esta gesta libertaria y pese a intencionados olvidos, recordamos hoy la corajuda decisión de estos tres radicales yrigoyenistas de combatir la dictadura y defender la democracia a cualquier precio, a la vez que recordamos que quienes hace poco mas de 8 décadas se opusieron al gobierno democrático, se opusieron a los intereses populares y defendieron los intereses de las minorías de privilegio, tienen los mismos apellidos de muchos que hoy también se encuentran en esa misma postura.