Hoy jueves 11 a la hora 20.30, con entrada libre y gratuita. Prosiguiendo con el ciclo de cine “Uno no gana para sustos”, se exhibirá en López y Planes 336, la película de Federico Laffitte «El Verano del Camoatí». Una intimista obra que gira en torno de Nico, un adolescente de 17 años radicado en zona rural, que terminados sus estudios secundarios debe encarar su futuro
El deseo de sus padres –agricultures del valle del río Negro– apunta a una formación universitaria que sea más promisoria económicamente que la Agricultura, pero el joven está identificado con el paisaje y la gente del lugar, y la decisión no parece satisfacerlo.
Filmada en escenarios naturales de la provincia de Río Negro, en la Patagonia Argentina, el espectador interesado en la problemática ambiental puede entender claramente cuáles son los intereses verdaderos del joven, seducido por el paisaje bucólico que recorre en su kayak y cuáles serán las motivaciones que definirán su futuro.
Dedicado a la apicultura con pasión, un desastre ecológico producido en su chacra por agrotóxicos lo encaminará a buscar alternativas válidas para hacer agricultura orgánica y sustentable, y será el comienzo de su emancipación familiar, asumiendo el rol que reconoce como el más adecuado para sus intereses y proyectos de vida, lo que implica reconocer su sexualidad, diferenciarse del padre de manera creativa y reparadora y aceptar su madurez.
El susto inicial ante la posibilidad de abandonar su vida en contacto con la naturaleza y viajar a otra ciudad para continuar sus estudios, lo resuelve aceptando el amor y reconociendo su vocación de seguir produciendo en su tierra en beneficio de su sociedad.
El título de la película alude a las avispas denominadas camoatí, que viven en grupos y por ende tienen un sentido social y de pertenencia muy grande (lo que coincide con los sentimientos de Nico) y que por añadidura, son excelentes para el control biológico de plagas (se nutren de otros insectos), una actividad que como se verá, comienza a apasionar al muchacho y define su futuro de agricultor responsable ambientalmente, aunque como suele suceder, la definición surge recién después de un accidente traumático del que ni Nico ni las camoatíes son responsables.
La película, realizada el año 2012, tuvo una excelente crítica y fue exhibida en el Complejo Guido Miranda años atrás.