El descenso de un gigante griego acabó en violencia
El AEK de Atenas descendió por primera vez en sus 89 años de historia y sus ultras invadieron el campo de juego para agredir a sus jugadores
AEK de Atenas tenía que vencer al Panthrakikos para evitar el descenso a la segunda división, pero un gol en contra a poco del final y la violencia de sus hinchas decretaron el amargo final.
El Estadio Olímpico griego (OAKA) fue el escenario testigo de la debacle de un club gravemente endeudado en medio de la crisis económica y social que afronta Grecia.
Mavroudis Bougaidis, defensor del equipo capitalino, anotó a los 87 minutos en propia puerta tras un centro inofensivo del equipo visitante e instantáneamente se produjo la invasión de los hinchas.
Una masa enardecida de hinchas, algunos armados con palos o bengalas, traspasaron las medidas de seguridad para dirigirse hacia el autor del gol y el resto de los jugadores por la condena deportiva, pero rápidamente los protagonistas reaccionaron y lograron escapar hacia los vestuarios.
Con el objetivo incumplido de pegarles a los protagonistas, los ultras fueron sacados del campo de juego por los agentes de seguridad, pero el árbitro suspendió el partido y decretó el descenso del AEK.