En el marco de las Jornadas Internacionales e Interdisciplinarias sobre Conflictos y Problemáticas Sociales en la Región del Gran Chaco, este jueves presentaron sus ponencias docentes e investigadores provenientes de distintas universidades del país y del exterior.
En el área de Lengua, Comunicación y Conflictos socioculturales, la profesora de Inglés Roxana Rios, del Instituto Josefina Contte, inició un debate en el que cuestiono las representaciones sociales que se crean los correntinos del bilingüismo. Estas representaciones están ligadas al desprestigio del guaraní como lengua, para su uso en ambientes institucionalizados.
Para llegar a esa conclusión la docente, tomó un conjunto de opiniones, informaciones, imágenes, estereotipos, valoraciones y creencias desarrolladas en una escuela del interior de la provincia de corrientes. Situada a 15km de la capital.
Roxana Ríos considera al guaraní y al español, como lenguas que conforman una línea, que no se encuentra delimitada. Por lo que criticó la noción de “español perfecto” o un “guaraní cerrado” como forma del empleo correcto de dichos idiomas. Es decir, que pensar que solo hablamos bien una lengua, cuando no mezclamos términos de otro idioma, es una conclusión errónea.
En contraposición planteó que “hablamos el español con mezclas de guaraní, y eso, no está mal”. La docente propuso romper con esa conceptualización del idioma “perfecto” que no existe más que en la teoría.
Junto con los demás panelistas hicieron un llamado a los alumnos a realizar investigaciones antropológicas o sociológicas. Con el fin de descubrir el por qué la práctica del guaraní como idioma se desarrolla solo en los ambientes íntimos o de mayor confianza como la familia, pero no en otros ámbitos, como la escuela, colegio o universidades.
El Quichua también se está perdiendo
En el mismo marco, el profesor de Lengua de la Universidad de Santiago del Estero Hector Andreani planteó una situación similar a la que vive corrientes. Considero a el Quichua como lengua que se practica a pesar de las censuras sociales. Frente a lo que surge la necesidad de estudiar esta situación como un conflicto lingüístico, para “tomar conciencia de que se está perdiendo una lengua” afirmo Héctor.
Enfrento dos posturas ante esta situación, una es “supuesta armonía del bilingüismo frente a un bilingüismo que en realidad no existe” dijo el docente. Y concluyo con una reflexión de que existe una resistencia de la propia lengua a ser sistematizada, pero aun así persiste, o sobrevive más allá de las restricciones.