¿Te pasó que un hombre te dijera: “Estoy muy bien con vos, pero no me pidas más, no me puedo comprometer”? Los arquetipos masculinos se pueden agrupar en cuatro imágenes fundamentales:
1. El rey. Es el hombre que da órdenes, sobresalir. Cree que las demás personas, como sus súbditos, deben inclinarse delante de él y obedecerle. 2. El guerrero. Es el que necesita defender, proteger a todo el mundo, y por eso tiene que ser muy valiente. Es frío, distante, y no puede expresar emociones. 3. El mago. Es el hombre que lo sabe todo, y si no lo sabe, lo inventa. Siempre tiene la razón y busca una manera de solucionar todo. 4. El amante. Es el que sobrevalora la sexualidad. Organiza su vida alrededor de sus aventuras sexuales. Es muy impulsivo y puede estar con dos, tres, cinco mujeres al mismo tiempo.
Estos modelos tienen en común una característica: están más comprometidos con sostener el modelo que con una relación interpersonal. Esta es la razón por la cual, cuando les pedís tener una relación comprometida, a ellos les cuesta mucho.
Si él no se compromete, si no quiere “blanquear” la situación, entonces necesitás saber que esa relación no va a avanzar, porque es una relación superficial. Entonces, es momento de que te preguntes: “¿Soy verdaderamente feliz en esta relación?”. ¡Admití que esa relación superficial te causa más dolor que alegría, que anhelás una relación más profunda, con compromiso!
El compromiso es una elección, y cuando entre dos personas hay compromiso, ambas se siguen mutuamente. Por eso, no entres en el juego de creer que no sos suficiente mujer para él; no entres en el juego de pasar tu vida esperándolo. Tenés visión de futuro y querés compartir tu vida con un hombre que quiera ordenar su vida y comprometerse, porque ambos saben que si se comprometen, lo que va a venir va a ser mejor que lo que están dejando. Entonces, dejá ir a ese hombre que no puede comprometerse, no retengas lo que no funciona y destroza tu estima, ¡hay otros sueños grandes que anhelás alcanzar!