Señor Director: Sorprendidos, los trabajadores municipales vimos como en los últimos días la justicia volvió a ponerle límite a la triste actuación de quien dice ser Defensor del Pueblo, Gustavo Corregido, en su intento por dejar en la calle y sin posibilidad de llevar a un plato de comida a la mesa a más de 700 empleados de la Municipalidad de Resistencia. Desde su primera tentativa hace casi un año, la justicia le ha dicho en tres oportunidades que está equivocado, pero el hombre se ve que es insistidor, al punto que esta terquedad lo está dejando al borde del ridículo.
El Superior Tribunal de Justicia le dijo en los últimos días que rechazaba el recurso extraordinario que había presentado por una sentencia que no lo había favorecido de la Cámara de Apelaciones Criminal y Correccional de la provincia y él, como si fuera el hombre más idóneo en materia legal y social opinó que este fallo tendrá efectos negativos para la sociedad, mostrando estar totalmente alejado de la realidad y exteriorizando también una falta de sensibilidad social extrema, propia de dirigentes que viven encerrados entre cuatro paredes sin penurias económicas.
Le quiero decir a Corregido que es mucho más negativo para la sociedad, haciéndome eco de sus palabras, que 700 familias se queden sin un ingreso fijo mensual, que queden en la calle, sin la posibilidad siquiera de comer todos los días, en un contexto de crisis en el que las tasas de desempleo y los índices de pobreza crecen día a día.
Corregido no defiende al pueblo, lo defenestra, responde a intereses particulares o partidarios, actúa envalentonado por un cargo al que se debería llegar por el voto del pueblo, lo más idóneo y transparente dentro de un sistema democrático, tal como lo viene pidiendo nuestro líder Jacinto Sampayo en los últimos tiempos.
Y los hechos le terminan dando la razón, Corregido no está defendiendo al pueblo, lo está queriendo dejar en la calle, ignorando el contexto de crisis económica que está viviendo el país.
Sorprende la terquedad de Corregido, en tres instancias judiciales le dijeron que está equivocado pero él insiste en una postura insólita que lo único que genera es un gasto extra en el Estado, porque quizás todavía no se enteró pero se lo comunico: su sueldo lo pagamos entre todos los contribuyentes. Esa tozudez no es buena consejera para un hombre que se arroga la defensa del pueblo, le pido que recapacite y cumpla su tarea con honestidad intelectual, si quiere ser político puede optar por varias estructuras partidarias, porque hacerlo desde una oficina pública no es la mejor opción.