La historia de Melitona Enrique será contada en un documental hecho por cineastas, realizadores y comunicadores indígenas de nuestra provincia.
Por la Memoria, la Vida y el Territorio es el lema del 13º Festival Internacional de Cine Y Comunicación de los Pueblos Indígenas / Originarios – Ficmayab’ 2018, que se hará en Guatemala en el mes de octubre. Ahí estará Chaco, con un documental sobre la historia de nuestra Melitona Enrique y la Masacre de Napalpí.
Bohemia entrevistó a una de las referentes de la comunicación indígena de Latinoamérica, Bashe Nuhem. Ella forma parte del Directorio de la Coordinadora Latinoamericana de Cine y Comunicación de los Pueblos Indígenas CLACPI. Tiene a su cargo la coordinación del área de formación y es una de las seis mujeres indígenas que trabajan activamente en este organismo que organiza el festival de cine. Junto a Juan Chico y Juan Longo, integra la Coordinadora Audiovisual Indígena de Argentina (CAIA) creada en 2008 por los pueblos Qom, Wichi y Moqoit en Chaco.
“Chaco es la única provincia que ha hecho que comunicadores y comunicadoras indígenas puedan desarrollar una película” Cuenta Bashe que fue muy importante el rol de las mujeres en esta producción: “Hay mujeres camarógrafas, como es mi caso, y digo esto porque la primera vez que tocamos el tema de que las mujeres participen, vimos un celo por parte de los compañeros que nos decían “ustedes pueden encargarse de una ornamentación”. ¡Y no! La comunicación es un abanico amplio y podemos hacer muchas cosas. Nuestra idea no es enseñar, sino compartir conocimientos. Y los compañeros lo fueron entendiendo con el tiempo”.
La Patagonia está mirando al norte
Chaco es pionera en desarrollar comunicación indígena. Su participación en estos organismos hace ya varios años la hace una referente en el país. Cuenta Bashe que “todo comenzó en vistas al 8 de marzo de este año, cuando las compañeras mapuches se contactaron con nosotras para ver qué podíamos hacer en conjunto para participar del Paro Internacional de Mujeres. Eso motivó a organizarse. Y ahora ellas se animaron a tener un programa de radio por primera vez en la Patagonia”.
“En nuestra provincia, a través de la nueva Ley de Medios conseguimos instalar dos radios. Una está en el paraje El Colchón, que comprende el interfluvio. Es la primera radio que se instala en esa zona. Es ahí donde capacitamos en comunicación”, explica la realizadora.
Las mujeres con voz
“En 20 años de experiencia no lográbamos que nuestras compañeras pudieran romper ese miedo de hablar frente a un micrófono. En estos últimos años logramos que tengan un programa conducido por las mujeres indígenas”. Pero ¿qué es lo que las mujeres indígenas quieren decir? “Lo primero es la lengua, que es un tema complejo porque se está perdiendo”.
En el programa se habla en el idioma qom originario sobre los temas que realmente interesan a las mujeres de las comunidades: educación, cosmovisión y también los derechos de las mujeres. “Últimamente ha crecido el número de casos de violencia, aunque siempre los hubo, pero nunca se habló de ello, y mucho menos en la radio”.
La otra emisora de radio se instaló en El Espinillo. Pero ahí hay un problema. Las instituciones evangélicas han ocupado esos espacios. “En esta radio hay una bajada de línea muy grande, y sólo se habla solo del Evangelio y se pasa solo música cristiana”, lamenta la comunicadora. “Tenemos que empezar a trabajar de nuevo, si bien vemos claro nuestro objetivo, es muy complicado”.
Latinoamérica también
El avance es enorme, las mujeres ganan espacios que les fueron negados por siglos. En la mirada de Bashe, el fenómeno tiene que ver con la participación y eso se ve desde Canadá hasta la Patagonia. “Hoy por hoy las mujeres son escuchadas a través de un micrófono, vistas a través de una cámara, y en espacios de conversación. Anteriormente las mujeres indígenas teníamos miedo de hablar. En las asambleas generales comunitarias, en donde participan entre 200 y 300 comunidades, las mujeres estaban en silencio en un rincón, y su rol era ver si era necesario cambiar el agua del mate”.
CLACPI, el ente que nuclea a más de 200 organizaciones comunitarias de todo el continente, tiene su sede central en Chiapas, México. “Con ellos trabajamos en redes desde nuestra comunidad. Para el festival estamos armando un documental de Melitona Enrique. En este momento estamos evaluando los materiales que tenemos, son grabaciones de muchos años y hemos hecho muchas entrevistas. En este festival queremos marcar el trabajo de las comunicadoras indígenas. Y eso se está viendo en las otras comunidades, antes no pasaba. Las mujeres tenían que estar en la casa y en la cocina y en el cuidado de nuestros hijos”, dice Bashe. Antes de llevar el documental a Guatemala, será presentado en una muestra especial y muestras itinerantes en la provincia del Chaco durante el mes de octubre.
“Hubo muchas masacres, y si bien se conoce esta historia, no se sabe qué pasó con los indígenas desde la propia mirada. La idea es compartirlo con los hermanos de Latinoamérica”. Y esta es la gran imagen que Bashe quiere transmitir: una historia contada en primera persona. “Anteriormente venía gente de afuera y filmaba. Y nunca volvía, ni compartían con nosotros el material que llevaban. Entonces nosotros comunicadores decimos, bueno, empecemos a contar nosotros nuestra propia historia. Qué mejor que la mirada de un indígena acerca de una historia indígena”.