A casi dos meses de su detención vemos con asombro que el compañero Facundo Sampayo aún sigue detenido, sin que se conozca alguna prueba concreta que lo involucre en la causa en la que se encuentra acusado.
Alcanza ser medianamente informado para saber que desde el momento de su detención hasta la actualidad no se produjo ningún hecho nuevo que justifique que continúe detenido, y que hasta el momento lo único certero es que está preso por ser portador del apellido Sampayo.
Creemos que por una cuestión humanitaria la justicia debe expedirse a la brevedad en este caso ya que se mantiene privada de su libertad a una persona a la que las sucesivas novedades que se registran en cada allanamiento o declaración no la rozan ni de cerca.
Es evidente que no existe causal para que Facundo esté en esta situación, que más allá de afectar su buen nombre, su honorabilidad, también está ocasionando un terrible perjuicio sobre su estado de salud.
Por la salud de Facundo, por su futuro, por su honorabilidad, por el mes y medio detenido de manera injustificada, pedimos su inmediata liberación, porque cada día que pasa lo único que se genera es más daño, ya que el deterioro en su figura pública es notorio y los días tras las rejas no se los va a devolver nadie.
Peticionamos en el sentido en que los hace nuestro máximo tribunal, la Corte Suprema de Justicia, en reiterados fallos ha sostenido que “toda medida de coerción personal debe ser interpretada y aplicada con suma prudencia, y los jueces deben arbitrar todos los medios necesarios para que la libertad ambulatoria de una persona, protegida por nuestra Constitución Nacional, tenga real y efectiva vigencia mientras dure el proceso.
El encarcelamiento de nuestro compañero “ya es una pena”, y un medio similar a la tortura. Sólo en los tiempos de la tiranía bastó la acusación para encarcelar a un ciudadano, que es el caso de nuestro compañero y amigo Facundo.