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Alejandra Stamateas
Jueves, 24 de mayo de 2018
Cómo pagar las deudas emocionales
Una deuda emocional es un saldo pendiente que tenemos con una persona. Las deudas emocionales aparecen cuando nos comprometemos con nosotras mismas o con los demás a hacer algo, y después no cumplimos con ese compromiso. Cuando aceptamos en nuestra mente que debemos algo, inmediatamente aparece la autoexigencia. Pensamos: “le debo esto a esta persona, ¡tengo que pagar!”. Y eso nos trae angustia.

A las deudas emocionales hay que pagarlas. Pero, ¿todas las deudas emocionales se pueden pagar? Hay algunas que sí se pueden pagar. Por ejemplo, si te peleaste con tu pareja y él “desapareció”, pero está vivo, entonces, aunque te lleve tiempo, podés buscarlo y pedirle perdón. Si la persona murió, quizás puedas escribirle una carta, que si bien no se la vas a mandar, al menos sirve para decirle lo que sentís: “Te pido perdón, no te quise dañar, estaba en un mal momento, no tenía la madurez suficiente, no supe cómo reaccionar”.

Ese tipo de declaraciones emocionales muchas veces cierran las deudas que tenemos con alguien. Es fundamental que seas consciente de lo que aprendiste a partir de esa equivocación o de esa circunstancia, para así no volverlo a repetir nunca más. Cuando aprendés algo bueno de un error que cometiste o de algo que te pasó te queda una enseñanza. Y esa también es una manera de pagar deudas.

Ahora bien, hay una deuda que no podremos pagar nunca: la deuda que sentimos que tenemos pero que el otro no nos pide que se la paguemos. Es importante que puedas librarte de estas deudas que no se pueden saldar para no vivir agobiada. ¿Cómo hacerlo? Ayudando al otro. Cada vez que ayudamos a alguien le generamos a esa otra persona una deuda emocional, y al mismo tiempo, vamos aliviando nuestras propias deudas contraídas con alguien más. De alguna manera, al ayudar a otro estás liberándote de una deuda que tenés con alguien que también te ayudó.

Todos tenemos una deuda emocional, pero cuando podemos amarnos unos a otros estamos cancelando deudas que a veces nos traen culpa y angustia.

Querida mujer, hay alguien que te necesita. Disponete a ayudar en lo que puedas, porque sos parte de una cadena de amor.


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