Día del Estudiante: Los protagonistas del presente y futuro del país
El “Día del Estudiante” es una celebración muy esperada por niños y jóvenes. Su origen en nuestro país se remonta al año 1902, cuando Salvador Debenedetti (18 años), Presidente del Centro de Estudiantes de la Facultad de Filosofía y Letras, propuso que en esta fecha se celebrase el “Día del Estudiante”, como reivindicación y tributo a Domingo Faustino Sarmiento, por su laboriosa lucha en favor de la educación pública, debido a que sus restos mortales habían llegado a Buenos Aires el 21 de septiembre de 1888 desde Asunción del Paraguay. La propuesta se instaló primero en la UBA, para luego trascender a otros ámbitos educativos y finalmente a todo el país, manteniéndose hasta el presente el mismo espíritu alegre y jovial de sus precursores.
Esta celebración coincide con la llegada de la primavera, y nada mejor que esta analogía, donde la naturaleza renace mostrándonos su armonía y esplendor, y los estudiantes, llenos de energía proyectan con optimismo y entusiasmo el mejor momento de sus vidas.
Este es un día en el cual las calles, los espacios verdes y cada rincón de nuestra provincia se convierten en patrimonio de los estudiantes, en especial de los jóvenes, que son los grandes protagonistas del presente y los formadores del futuro.
Como cada etapa de la vida, la estudiantil es fundamental; tiene su sentido y expectativa, siendo nuestros niños y jóvenes estudiantes el ciclo más vital, creativo y genuino que tenemos y no debemos ni podemos ignorarlos. El acompañamiento que debemos brindarles es un factor imprescindible, porque ellos no solo son el futuro, son el presente, son el “aquí y ahora”.
Debemos potenciar al máximo la imaginación y la capacidad creativa de nuestros niños como forma de prepararlos para la vida. Escuchar cuáles son los proyectos de vida de nuestros jóvenes, sus inquietudes y necesidades, y los aportes que puedan realizar, sobre todo en temas trascendentes, como ser su educación.
Hoy todos, gobernantes, alumnos, maestros, profesores y familias, tenemos la prioritaria obligación de seguir luchando por la defensa de la educación pública, por reforzar, defender y mejorar la cobertura, eficiencia y calidad de nuestro sistema educativo, que es el que verdaderamente garantiza la igualdad de oportunidades.
“La Educación es el arma más poderosa que podemos utilizar para cambiar el mundo”, solía decir el aclamado Premio Nobel de la Paz, Nelson Mandela. La educación es preciosa; no es un privilegio, es un derecho social y humano prioritario; y obviamente no es un gasto, es una inversión; es el soporte de nuestras esperanzas individuales y colectivas; es herramienta fundamental de inclusión y transformación social.
Queridos estudiantes, querida juventud, estudien no sólo para el presente, estudien para toda la vida, porque estoy convencido que con su sapiencia y conciencia llegarán a construir la sociedad con la que soñamos y soñaron nuestros próceres.
Son ustedes quienes nos enseñan diariamente que no hay límites en la lucha por los sueños, que no debemos darnos por vencidos, que debemos superar los miedos para lograr nuestros anhelos, que es posible un mundo más humano, justo y generoso. Es en sus sueños y esperanzas, en el de sus padres y familias, que debe inspirarse para no ceder ante las adversidades, para ser mejores cada día.
Sigan siendo auténticos, perseverantes, idealistas, apasionados, sanos irreverentes, solidarios, aventureros, luz de vida y esperanza; sigan luchando por sus derechos, contagiando a niños, jóvenes y adultos sus ganas por mejorar y progresar; continúen asumiendo riesgos; sigan demostrando que lo aprendido en las aulas vale realmente la pena.
Estamos orgullosos de nuestros estudiantes, de la juventud que tenemos. Ustedes son la matriz de las ideas nuevas e innovadoras que necesitamos para ser mejores y progresar cada día. Confíen en ustedes, en su profunda convicción de que pueden lograr lo que se propongan, de que son capaces de hacer cosas extraordinarias para sí mismos y los demás.
Valoren el trabajo y la dedicación de sus maestros y profesores; mantengan vivo el deseo de estudiar, de encontrar lo apasionante del mundo del saber, porque es a través de la educación, de la instrucción de conocimientos, principios y valores que podremos superar y erradicar los problemas actuales y sacar adelante a nuestro país.
Ustedes son nuestra mejor materia prima, nuestro mejor legado. Quienes nos ayudan en la construcción de un mejor presente, sentando las bases para un futuro aún más venturoso. Son la semilla que ha crecido y que ha comenzado a dar sus propios frutos.
Festejen su día sanamente, celebren su juventud, y nunca dejen el camino del estudio, porque es el que más recompensas y satisfacciones les dará. El éxito los espera, no se detengan en los tropiezos, miren adelante hacia sus metas y sueños y seguramente los alcanzarán.