Continúa en exposición en la Casa por la Memoria “Lo que me costó atrapar el viento”, de Celeste Massin, inaugurada como parte del programa cultural de homenajes y conmemoración por el 43 aniversario del inicio de la dictadura cívico militar y comienzo del terrorismo de Estado en nuestro país
“Lo que me costó atrapar el viento” es una instalación que pretende experimentar con materiales orgánicos, sonido e imagen y dialogar con el espacio la sostiene así como los elementos que la componen en una reflexión sobre el paso del tiempo y las ausencias que ello implica en la vida de una persona.
Según palabras de la autora “La inauguración de la instalación forma parte de un proceso que viene de varios meses atrás, y que continuará de aquí hacia adelante. Se fue haciendo por partes, germinando el colchón en este lugar, pero a la vez creando la imagen y el audio, como una suerte de rompecabezas.
La idea surgió a partir de mi trabajo en procesos en los que incorporo la cuestión de lo cotidiano y lo doméstico y relacionado con ello cómo se desarrolla la ausencia.
Por eso me parecía que montar la obra en La Casa por la Memoria le daba un sentido especial. Porque este lugar implica muchas ausencias para muchas personas. También considero que todos tenemos una ausencia en nuestra vida, algunos un poco más, otros menos, pero siempre hay alguien que nos falta. Si bien no soy hija de desaparecidos ni mis padres fueron presos políticos, sí me pareció muy importante desarrollar el proyecto acá, en esta fecha tan importante, por el diálogo entre la idea de la muestra, la ausencia, y este lugar”.
LO QUE ME COSTÓ…
Massin desarrolló la propuesta de la muestra en base a tres ejes; “Se trata de tres elementos que tienen que ver con tres ausencias de mi vida; El colchón está germinado con Santa Lucía, que es una planta que tiene una florcita azul, y mi abuela se llamaba Lucía, ella fallece al año que yo nací, así que básicamente no me crié con una abuela”.
El seguno elemento es la imagen de la muestra; “Es una foto que sacó mi papá en un cumpleaños mío. Él era fotógrafo amateur; puede decirse que yo entro al mundo de la fotografía de mano de su cámara y su gusto por la fotografía”. Por último el texto; “Allí texto hablo de otra ausencia, una gran ausencia en mi juventud que fue muy especial, transversal en mi vida y por la cual aprendí muchas cosas”.
En ese sentido, de esto último es que surge incluso el nombre de la muestra, “En el audio de la instalación cuento algo de eso, cómo hace uno para recordar; hoy con las nuevas tecnologías los sonidos quedan registrados muy fácilmente, como sucede con los audios de whatsapp por ejemplo, donde almacenamos nuestras voces.
Pero hay momentos de la vida en los cuales no tuvimos esa posibilidad tan a la mano, y entonces buscamos recordar el tono especial de determinada persona, y de ahí surge, incluso el nombre. Me interesa hablar de eso; de la ausencia y de cómo funciona el recuerdo. Cómo a veces incluso uno ve una imagen y surgen recuerdos que no necesariamente coinciden, o al revés, una imagen que evoca una situación en la que me doy cuenta que no se corresponde de modo exacto con lo que recuerdo.
La muestra persigue cuestionar la memoria y las construcciones del recuerdo y de los relatos”.