Este viernes 12, en el Museo de Bellas Artes René Brusau inaugurará la muestra “Ensayo de un devenir”, de Carla Colombo. La apertura tendrá lugar a las 20.30 en Marcelo T. de Alvear y Mitre. El proyecto se realiza en el marco de la convocatoria 2013 del MUBA y con el financiamiento de la Ley de Mecenazgo y fue declarado de interés por el Instituto de Cultura del Chaco.
CARLA COLOMBO La fotógrafa nació en Resistencia en 1981. Realizó sus estudios de fotografía en el Institut de Estudis Fotografics de Catalunya, Barcelona, España. En 2010 su proyecto Des-cosificación es seleccionado para el Ciclo de Proyecciones Epson, organizado por la Fundación Foto Colectania de Barcelona. En 2011 recibió el tercer premio del concurso Capture de Fotografía de Arquitectura Contemporánea de Madrid y asistió al taller Narration visuelle: se confronter et se découvrir, a cargo de Laurence Leblanc, realizado en el marco del Festival de la Photographie Méditerranéennee de Marsella, Francia. Ese mismo año asistió al Seminario Arte y Naturaleza a cargo de Matilde Marín dictado en Resistencia. En 2012 ha sido seleccionada para participar del Programa Alrío para artistas audiovisales, coordinado por Florencia Levy y Santiago Porter. En 2012 ha sido seleccionada para el Premio AAMC de Fotografía Contemporánea Argentina y este se le ha otorgado la beca Taller de análisis y seguimiento de producciones teóricas y prácticas en artes visuales del Fondo Nacional de las Artes. Actualmente, asiste a los talleres del artista chaqueño Diego Figueroa.
LA OBRA
Gustavo Insaurralde, curador de la muestra, expresa acerca de la obra que “el paisaje chaqueño es un desafío permanente, una provocación constante. Árboles centenarios testigos de nuestra historia abrazando el cielo, el capricho de ríos que serpentean las costas bravas del monte, lagunas que aparecen inesperadamente como huellas de un páramo azaroso, tímidos palmares que se recortan en el bravío y ardiente horizonte. En esos territorios buscados y encontrados pero esencialmente recorridos, la artista instala desnudos como un elemento de tensión, a veces inadvertido y otras en un intento de ser parte de esa naturaleza. El cuerpo despojado, utilizado como uno de los campos de manifestación más fértiles y significativos, implica situarse en el espacio desde una provocadora intimidad para desentrañarnos en una búsqueda alentadora. Esa intervención propone una reflexión que alude a un presente más que efímero pero que dejará de serlo inmediatamente después de esa presencia registrada en esta serie fotográfica. Cuerpos y paisajes unidos en un acontecer, tan fugaz como eterno, ensayan un inquietante diálogo que nos acerca a la confrontación del orden establecido y la reconstrucción de lo real. La naturaleza reconocida en su singularidad indómita y al mismo tiempo explorada desde la acción creadora”