Ajustada competencia en el segundo desfile del carnaval
Con menos público que la noche inaugural, las comparsas presentaron una propuesta completa y alegre. Sapucay fue la primera en salir, desplegando su potencial en los destacados trajes. Luego desfiló Arandú Beleza con el espíritu recargado. Mientras que Ará Berá aprovechó el cierre para intentar tomar distancia de sus competidoras.
De a poco se va poniendo acalorada la competencia de las comparsas en el Carnaval Correntino 2013 que en la segunda noche de desfile relucieron a su paso a pesar de la poca concurrencia del público. Con nuevos integrantes y casi la totalidad de los trajes completos, Sapucay, Arandú beleza y Ará Berá sacaron chispas a la calzada del nuevo corsódromo “Nolo Alías”.
Las primeras horas mostraron las tribunas un poco desoladas y tras la destacada participación de Copacabana que cada vez suma más integrantes, la competencia de carnaval pone su faceta más rigurosa donde los errores comienzan a costar muy caros.
En una atípica noche de domingo, fresca y con el reducido entusiasmo de la gente Sapucay tuvo que remarla y poner a rodar todas las obras de los “100 años del Teatro Juan de Vera” sobre escena para cautivar al público pero sobre todo convencer al jurado. Superándose a sí misma, el Gallo propuso una buena serie de carros y alegorías para exhibir el brillo de sus comparseros. Sus figuras logran destacarse en sus respectivos lugares y de entrada nomás llama la atención la actuación de Carlos Lancieri subido al umbral del portal del teatro.
Un desfile incesante de trajes antiguos pone en escena a las familias patricias de la sociedad, entre ellas el Gobernador y su mujer interpretados por los hermanos Ariel y Analía Bury, de destacada personificación. Con la gracia que caracteriza a Sapucay, los comparseros van ensamblando cronológicamente este centenario teatral donde se destacan por ejemplo Eduardo González, el faraón interpretando el saqueo a Egipto con una buena carroza detrás. También es un placer ver a Mayte Castresana que con un vestuario menos exuberante que otros tiempos sigue maravillando su participación en el carnaval.
Los chicos del ballet pasan revista a la danza clásica con pasos elegantes en su carroza. Uno de los dúos que puede sorprender es la bella Agustina garay que junto a Diego López se lucen a su paso. Es maravilloso ver el desfile de Belén Quincose representando “Electro dance”, que obliga con su belleza al público a ovacionarla, figura clave del Gallo. Nuevamente la participación de la “Poderosa” escuela de samba tiende su manto de melodías para que Antonella Tófalo pueda deslumbrar a todos con su samba. Sapucay fue muy prolija en general y va a ser la que de batalla cuerpo a cuerpo a puro carnaval contra Ará Berá.
Con el Axé de la tierra
Por el lado de Arandú Beleza el entusiasmo y la energía de sus comparseros puede ser la clave para alcanzar un buen lugar en el podio, pero algunas desprolijidades en varios trajes son evidentes y la comparsa pierde así valiosos puntos. Sus mujeres son el máximo potencial de la comparsa “Verde y blanca” que ostenta los mejores cuerpos con vestuarios ligeros y la utilización de la técnica body paint.
La creatividad también supera a la calidad de las carrozas y con el tema “La tierra es Arandú”, la comparsa atrapa la atención del público por ejemplo, con el carro de los residuos, candidata a ganar una distinción. Si bien sus vestuarios nada tienen que ver con el reino de los bichos y menos aún con lo que pretenden representar, las polillas, el grupo de “muchachos” divierte de inicio a fin y cumplen muy bien esa función, con eso basta.
Los problemas en la salida el domingo volvieron a ser un golpe duro para la comisión que otra vez se demoró por inconvenientes con un carro. En la zona de concentración las caras largas de los integrantes de la comisión decían todo y hasta el propio presidente Mario rey “echó manos” en el asunto para poder salir de la situación. La belleza de Ludmila Ponce de León es una buena carta de presentación para el paso de la escuela de samba y sus técnicas fueron corregidas quizás impulsada por un poco más de confianza. Las hormigas negras siguen proponiendo un show sencillo pero atractivo.
Un “Rayo” para el cierre
Luego de algunos baches, con la fatal brisa fresca de la noche y la poca concurrencia, Ará berá no pudo hacer más que salir a disfrutar de un cierre poco frío. Pero no bastó mucho más que la pasión que acompaña a esta pionera del carnaval para que la euforia gane inmediatamente al escaso público.
“AmorAmérica” volvió a hacer sentir las cadenas, sonido que al ritmo de las charanas y los candombes pudo a todo el corsódromo a bailar a su antojo.
Este año se ven menos figuras solistas y más cuerpos de bailes, no es extraño ya que el tema propone una travesía desde África hasta este continente aprovechando acertadamente lo más distinguido de las culturas de los países latinoamericanos.
El grupo Ángelus con su coreografía se apropia a discreción de la pista y también de la agitación de la gente, que los alimenta de energía para ofrecer su danza maravillosa. Además de la alegoría de apertura, la comparsa del “Rayo” se destaca con dos carros que si bien no son monumentales, son innovadores. Uno es el “Árbol de la Vida” donde las “monadas” destacan la labor de la manada de acróbatas, que si bien no es nuevo (ya se presentaron con el circo el año pasado) sigue anestesiando la atención de todos.
Lo más fotografiado debe ser el paso del “Barco de la Negritud” donde a sus costados viajan encadenados los esclavos, grandes y chicos, hombres y mujeres rumbo a la comercialización en América. Excelente actuación del grupo teatral.
Los negros del Camba Cuá siguen siendo apropiándose de la música y dentro del alma de La Universidad del Sonido todo suena a efusión y a ímpetu, logrado por la majestuosidad de sus músicos. Marcelo Irala volvió a poner a rodar una buena propuesta en percusión y coreografía que siguen emocionando a todos, araberaceros o no por igual. Destacada fue la presentación también de Belén Escobar que supero lo propuesto hasta ahora y sacó de adentro lo que tenía guardado, una buena samba a la altura del título de “Bastonera de Ará Berá”.
Las primeras cartas están echadas, las comparsas ya se conocen entre sí y las dos primeras presentaciones, “una prueba” como lo consideran todos (aunque no debería ser así) ya dejó de serlo y la competencia está más tensa que de costumbres. Aquí el que se distrae pierde y la próxima a medirse será el escenario del Anfiteatro Mario Cocomarola en el show de comparsas, mañana con la presentación de Agapornis a partir de las 22.