La elección del nuevo pontífice se realizará en marzo. Entre los favoritos figuran el hondureño Oscar Andrés Rodríguez, el brasileño Odilo Schere y el argentino Leonardo Sandri.
El peso de América Latina, de donde proviene uno de cada dos católicos en el mundo (unos 500 millones sobre 1.200 millones de creyentes), será, pues, determinante en la elección y debe reforzar las posibilidades de que el nuevo Papa sea oriundo de la tierra de donde son originarios la mayoría de los católicos.
Benedicto XVI, al decidir renunciar a su cargo, envió un mensaje claro a la jerarquía de la Iglesia: "Hay que ceder el paso, que se vayan los viejos", sostiene el vaticanista Marco Politi.
"La iglesia necesita gente joven", dice el experto al enumerar los numerosos problemas y escándalos que marcaron el papado del pontífice alemán, sumados a la apretada agenda de trabajo para una persona anciana, de 85 años.
En el abanico de "papables" o candidatos a suceder a Benedicto XVI, figuran también africanos, estadounidenses y asiáticos, además de latinoamericanos.
"Los papables, según la tradición de la Iglesia, están, en general, por encima de las partes, ni continuistas, ni adversarios", recuerda un veterano experto en esos temas, Filippo Gentiloni, quien repite un viejo dicho italiano: "Quien entra al Cónclave como Papa sale cardenal".
En la danza de nombres y conjeturas que se hacen sobre el sucesor, muchos tienen en cuenta ahora las cifras. El colegio cardenalicio, que deberá elegir al sucesor del primer pontífice alemán de la era moderna, está formado por 118 cardenales con derecho al voto, es decir, con menos de 80 años de edad.
La mayoría de esos purpurados (67) fueron designados por Benedicto XVI, 51 recibieron el birrete cardenalicio de manos de Juan Pablo II y casi todos pertenecen a corrientes conservadoras dentro de la Iglesia.
De 118 electores, 62 son europeos, de los cuales 28 son italianos. En total 19 provienen de América del Sur, 14 de América del Norte, 11 de África y 11 de Asia, y uno solo de Oceanía.
Varios latinoamericanos figuran en la lista. Entre ellos, el hondureño Oscar Andrés Rodríguez Maradiaga, arzobispo de Tegucigalpa, actual presidente de Caritas Internationalis, la mayor organización caritativa de la Iglesia,
Rodríguez Maradiaga es el típico exponente de la nueva jerarquía eclesiástica del continente, capaz de luchar por las desigualdades sociales y al mismo tiempo muy conservador en temas doctrinales.
Brasil, el país con el mayor número de católicos en el mundo, cuenta con "tres papables": los cardenales Claudio Hummes y João Braz de Aviz, quien goza de enorme prestigio por su personalidad moderada frente al gobierno de la influyente Congregación para los Religiosos. Y Odilo Scherer, arzobispo de la enorme diócesis de San Pablo. Además, suena fuerte el ítalo-argentino Leonardo Sandri, que ahora dirige el departamento vaticano de las Iglesias Orientales.
En el perfil del próximo pontífice entra una personalidad con mucho peso dentro de la jerarquía vaticana por el alto rango que ocupa: el cardenal canadiense Marc Ouellet, prefecto de la Congregación para los Obispos, quien conoce bien América Latina, habla perfectamente español y fue rector en Colombia de un seminario.
Como es tradición, el arzobispo de Milán (norte de Italia), a cargo de una de las diócesis más influyentes, el cardenal Angelo Scola, también figura en la lista de "papables".
"No elegirán un papa negro, ni un latinoamericano", aseguró a la AFP el veterano vaticanista Sandro Magister, quien ve con buenos ojos en el trono de Pedro al cardenal italiano de Milán así como al canadiense.
Pero la elección de un italiano, que por siglos aseguraron la mediación entre corrientes internas, podría ser descartada en cambio por los "electores" debido a las riñas y duros enfrentamientos de los últimos años, denunciados a través de documentos filtrados a la prensa con el escándalo "VatiLeaks".
Entre los posibles sucesores figuran también purpurados con poca experiencia en el terreno diplomático, pero que trabajan directamente con los fieles. Entre ellos, el cardenal filipino Luis Antonio Tagle, de 55 años, carismático y dinámico, así como el africano de Ghana, Peter Turkson, prefecto del Consejo Pontificio "Justicia y Paz".
El retrato del futuro Papa, que deberá gobernar a la sombra de Benedicto XVI, algo inédito, deberá corresponder a una suerte de "conservador moderno", capaz de realizar importantes reformas y a la vez resistir a los rápidos cambios y exigencias del mundo moderno.