Precios altos y ventas bajas complican la tradicional feria franca de Resistencia
La tradicional feria franca, que durante toda la semana se instala en distintos puntos de la ciudad, pinta cada sitio con los vivos colores de las frutas y verduras que exponen. Pero si comparamos la cantidad de puestos con los que se solían ver, llama la atención que cada vez son menos. “Muchos viejos vendedores ya se retiraron”, cuenta Rafael Joos, comerciante que bajo los potentes rayos del sol ofrecía su mercadería ayer frente al Museo de Ciencias Naturales, en la avenida Laprida.
Corroboramos que es un comercio familiar y que es probable que, cada vez más, los hijos de dueños abandonen la empresa, ya sea porque las ventas bajaron, porque el mercado se torna más difícil o porque las duras condiciones de trabajo no atraen a los jóvenes, que optan por construir su futuro sobre la base de otras ocupaciones y alternativas. “Aumentó mucho el precio de la mercadería, sobre todo el huevo y el queso”, cuentan en los puestos. Se trata, en general, de emprendimientos familiares en los que los jóvenes casi no toman la posta de sus mayores. “Lo de los vendedores en las camionetas es una piedra para nosotros”, dice Rafael Joos.
La competencia deslealLos puestos ubicados en esa avenida están habilitados por la municipalidad y cumplen con ciertas exigencias, como por ejemplo la higiene. Muchos de los vendedores se muestran molestos ante aquellos comerciantes que exhiben productos en camionetas, muchas veces vistas en las esquina de nuestra ciudad, los cuales no tienen permiso de la Municipalidad para estar ahí. “Si a mí me exigen, por qué a ellos no”, reclama Graciela Arce, quien nos confesó que anteriormente vendía los productos de esta manera pero que una jueza la obligó a cerrar y trasladarse así a la feria donde se encuentra ahora. “No es justo, donde yo estaba ahora está un señor y nadie lo saca”. Al ser una empresa familiar, la feria ya cuenta con sus viejos clientes que la visitan rigurosamente cada vez que exponen sus productos en su zona. De todas formas, algunos aseguraron que en esta época del año suele haber renovación de clientes gracias a los turistas. “Vienen a pasear a las ferias, gente de Buenos Aires, Córdoba, siempre compran algo”, comenta Dante Zacarías.
“Son tiempos difíciles”Las ventas bajaron, hay menor cantidad de puestos y los precios aumentaron. “Todos los días suben los precios”, dice Sergio Molina, empleado de uno de los puestos. Las quejas con respecto a los precios de los productos son de parte de todos los comerciantes, los cuales plantean que a veces traer mercadería es bastante complicado. “Subió mucho el precio. El morrón rojo es uno de los productos con mayor subida de precio”, comentó Graciela, mientras nos mostraba la poca cantidad del fruto rojo, ausente en varios puestos. Hubo un aumento considerable en productos como el huevo y el queso, según nos afirmaba Dante. Las ventas bajas, los comercios que cada vez van desapareciendo y ocupando menos espacio, el aumento de los precios y los comerciantes ilegales que ubican sus “comercios” en esquinas estratégicas, ponen en riesgo la continuidad de la feria, un mercado tradicional que estuvo desde siempre y que es parte de nuestra ciudad.