Consejo de la Magistratura: Por sus frutos los conocereis
Un aforismo muy conocido señala “los jueces sólo hablan a través de sus sentencias”, y a través de ellas nos damos cuenta que algunos no estudian, exteriorizan una ignorancia supina del derecho, no evolucionan o se han quedado con lo que estudiaron en los apuntes, cuando iban a la facultad.
Ergo, la degradación y precarización de la justicia es irrefutable, podemos palparlo cotidianamente.
Otras opciones que estimulan esa degradación puede ser consecuencia de la designación por su tendencia ideológica o por simple haraganería.
Los ejemplos sobran, con la modificación del año 1994,nuestra constitución incorpora a los pactos y tratados con las potencias extranjeras como normas supraconstitucionales y obligatorias su aplicación por parte de la nación argentina, pero muchos lo ignoran, o desconocen el progreso del derecho positivo en materia de derechos humanos o el avance del derecho laboral, olvidando (¿?) que son normas de orden público, que cuando las partes cometen un error, deben subsanarlo aunque no lo pidan o no lo mencionen. Se puede seguir enumerando y seguramente nos encontraremos con yerros tan evidentes, que la impotencia y la sensación de impunidad se imponen como premisas contundentes.
Las resultados se verifican en las resoluciones judiciales, ya que con mayor periodicidad se observan fallos que contrarían lo dispuesto en la constitución, en las leyes o a la Jurisprudencia de la Corte Suprema de Justicia, dilatando en ese sentido los tiempos de la justicia, porqué si la leyeran y tuvieran buenas intenciones, no consumarían injusticias y arbitrariedades, ya que sabrían que fallar en esa dirección tarde o temprano , en el Alto Tribunal Federal va a significar tener que hacer una rectificación , pero aun así insisten.
En esa inteligencia se infiere que el Consejo de la Magistratura tiene una gran responsabilidad, puesto que si designaran en función a los mejores antecedentes, y no considerando su condición de cortesana/o, su orientación política o el grado de influencia que tienen con el gobierno de turno, la situación del poder Judicial sería otro. La idoneidad sería el último requisito para no quedar tan al desnudo frente a la sociedad. Una de las razones por la que nos encontramos con este escenario, es la mesa examinadora, y el sistema de calificación que les otorga amplitud y flexibilidad en algunos conceptos calificables, que permite a los consejeros manejar los nombramientos de tal modo que por lo general el electo es alguien conocido. No es así como vamos a lograr el saneamiento de la justicia, no es así como vamos a lograr eficiencia y calidad institucional. Todo árbol bueno da frutos buenos, pero el árbol malo da frutos malos.
Durante doce años los elegidos eran mayoritariamente afines al partido radical, actualmente al partido peronista. Y en el medio queda atrapado el pueblo, que no tiene esperanza de aspirar a una Justicia de avanzada y conforme a derecho.
Dicen que nuestro Consejo de la Magistratura es uno de lo más adelantado del país, que asegura transparencia y calidad. Que es representativo del sistema social e inclusive algunos eufemística, irónica o incrédulamente declaran que en este proceso ”nos estamos dando un baño de institucionalidad”. Es más de las tantas mentiras, que nos ha impuesto el sistema político chaqueño como verdaderas. Lo único que han hecho es trasladar el campo de batalla de la Cámara de Diputados a este organismo constitucional, donde los protagonistas de turno dirimen sus fuerzas para ver quienes integran nuestra nunca bien ponderada justicia.
El Consejo continuamente designa jueces, actualmente se da el caso de que adquirió mucha publicidad por las ínfulas de claridad e independencia que pretenden darles a la elección del quinto miembro que debe integrarse al S.T.J, pero la ciudadanía tendría que pedir los dictámenes que justifican las puntos otorgados a cada participante, para de esa manera constatar si favorecen a algunos y perjudican a otros.
Los justiciables esperamos de los jueces, una decisión clara, sin ambigüedades, fundada en el derecho según su orden de prelación, de modo tal que la justicia y la verdad sean las que triunfen. Es una de las formas de cómo se logra la paz social que tanto dicen perseguir nuestros políticos
Por sus frutos los conoceréis. (Mt. 7, 15.20), ¿Cuáles son los frutos del Consejo de la Magistratura?