La vestimenta está cargada de sentido. Cada una de las piezas y accesorios que integran su vestimenta tiene una historia milenaria. Aquí los 10 significados y la opinión de especialistas
El traje del máximo representante de la Iglesia católica es sin duda una investidura muy cargada de simbología. Cada una de las piezas y accesorios del look tiene un significado preciso. Entre los debates alrededor de la elección del nuevo papa que se inician hoy con el comienzo del cónclave de obispos, aunque no lo crean, también figura la preocupación del Vaticano acerca del cuidado de su look.
Es que el simbolismo de la vestimenta del Papa representa su jerarquía de número 1 de la Iglesia. Y es por eso que lo primero que tendrá que modificar Joseph Ratzinger tras su renuncia a ser Benedicto XVI, es su traje: para que ni por un momento compita con la investidura del futuro Pontífice.
La simbología no sólo está puesta en las prendas sino también que la carga de sentido se completa en la combinación de los diferentes atuendos según el tipo de celebración que se realice.
Entre los accesorios más importantes (ver más detalles en Infografía) figuran la Mitra, una especie de gorro alto, con dos puntas que significan honor y poder; y el Báculo, el bastón papal considerado el accesorio más antiguo que lleva el Sumo Pontífice.
Y lo infaltable y que realmente marca identidad: el Anillo del pescador, todo de oro macizo, lleva su nombre grabado y sirve para rubricar los documentos confidenciales del Vaticano.
Los zapatos rojos tampoco pueden faltar en la asunción, simbolizan la sangre de Cristo y de los mártires.
Entre las prendas: Alba, túnica blanca que cubre el cuerpo del papa y la casulla, una pieza de tela alargada con abertura en el centro, que se usa sobre el alba y la estola. La casulla cambia de color (blanco, morado, verde y rojo), dependiendo de la celebración y simboliza la caridad que cubre todos los pecados.
La muceta, una capa corta que llega hasta los codos y con botones en la parte delantera, y el solideo, un gorro de tela que cubre la coronilla. El Papa lo utiliza en color blanco porque simboliza la protección de Dios y la dedicación a él.
El Papa se viste en la llamada Sala de las lágrimas, un cuarto secreto al que sólo tiene acceso el equipo más cercano de colaboradores del Sumo Pontífice y que es la antesala al balcón de la Piazza del Popolo.
“La elección de los colores en los trajes del Papa están cargados de una gran simbología", explica la diseñadora de moda Elsa Serrano, emocionada frente al próximo acontecimiento. "En general cuando el Papa está todo vestido de blanco, se trata de una ceremonia de intimidad, está en un salón y recibe a la gente, en donde entrega el rosario y la bendición”, detalla.
Y agrega: “En Pascuas viste de color violeta que son los tonos relacionados con la tristeza. También tiene un traje amarillo que usa el sábado de gloria y cuando hay actos multitudinarios, para transmitir alegría, en cambio el traje bordó lo usa en las misas porque es un color muy solemne. En la asunción, algunas de las prendas del traje serán verde, mientras que los obispos están todos vestidos de granate, que no es ni rojo, ni bordó”.
Los nuevos createurs
Ahora la discusión está centrada en quienes serán los createurs del nuevo Pontífice para el día de la asunción y para el resto de las ceremonias. Hasta ahora el candidato seguro es la tradicional e italianisima casa Gammarelli que abrió sus puertas en 1798, y es la encargada de vestir al jefe máximo de la Iglesia y obispos hace seis generaciones. La maison italiana ya recibió la orden del Vaticano de preparar tres sotanas blancas en tres talles diferentes: una grande, una mediana y otra pequeña.
En el interior de la tienda Gammarelli se pueden ver fotografías de Pío XII, Juan XXIII, Pablo VI, Juan Pablo I, Juan Pablo II y Benedicto XVI, a quienes vistió en los últimos tiempos.
La idea del Vaticano en los últimos tiempos es que la ropa que viste al Sumo Pontífice no venga del mismo createur. Esta vez la idea es dividir los trajes entre la tradicional Gammarelli y prendas de autor del sastre personal de Benedicto XVI, el colombiano Luis Abel Delgado, quien desde la ciudad de Cali ya preparó por pedido del Vaticano, una capa roja de terciopelo, una estola, y también casullas. Al igual que a Gammarelli, le encargaron los accesorios en tres tallas: pequeña, mediana y grande.
“Cuando hablamos de la vestimenta del Papa: no se hace un modelito y listo. Es el Papa, toda la vida fue así su vestuario", sentencia enfático el diseñador argentino Gino Bogani. "Las reglas la pone el Vaticano y el clero hace cientos de años. Siempre han sido iguales todos los modelos que visten en la asunción, pero es cierto que depende de la personalidad, hay Papas que han eliminado ciertos detalles y prendas, ellos mismos, pero hay otras cosas son inamovibles. Hay investiduras que se han flexibilizado con el tiempo como la de los presidentes, médicos, pero el Papa siempre se vistió igual”, agrega Bogani.
Lo que no puede faltar
La historiadora genovesa Marzia Cataldi Gallo, autora del libro Los vestidos de los papas, agrega que "puede faltar cualquier cosa el día de la asunción, menos la sotana blanca y los zapatos rojos". Este es el vestuario rigurosamente previsto para el Papa.
Cataldi Gallo coincide con Bogani en que "el vestuario de los Papas no ha cambiado nada en realidad, basta ver los paramentos litúrgicos y los vestidos cotidianos de los Papas que se conservan en el Vaticano a partir del siglo XVI".
Pero, sea como sea, al lado del lujo, también había una cierta idea de ahorro y sobre todo la costumbre de reciclar los vestidos, que aún se conserva : "Hay un manto de Clemente XII (1652-1749) que fue utilizado por Juan Pablo II", explica la profesora italiana.
En pleno centro de Roma, la curiosidad de los paparazzis del mundo la lleva la tienda Gammarelli, situada en el número 34 de la vía Santa Chiara. Todos saben que allí se realizará la ropa para el futuro papa y cuando la fumata blanca alcance el cielo desde la Capilla Sixtina, significando “Habemus Papa”, las religiosas en el Vaticano realizarán los ajustes de medidas de último minuto a las túnicas para el nuevo pontífice, quien deberá salir con sus nuevas ropas al balcón para presentarse ante el mundo.
La discusión sobre la vestimenta del papa tomó fuerza cuando desde el Wall Street Journal se preguntó "¿El Papa viste de Prada?" y la revista Esquire lo nombró el "rey de los accesorios", tras elogiarlo por sus mocasines de cuero rojo y sus sombreros elegantes.
Estas notas periodísticas provocaron que el Vaticano responda diciendo que esos reportes eran "frívolos" y que "el Papa no viste de Prada, sino de Cristo", dijo el l'Osservatore Romano.