Es un proyecto para que el Gobierno de Obama no se quede sin recursos y siga funcionando hasta finales de septiembre. Se espera la votación de la Cámara de Representantes
El Senado estadounidense aprobó un amplio proyecto presupuestario para que el Gobierno no se quede sin recursos y siga funcionando hasta finales de septiembre, aunque deja en pie los recortes automáticos al gasto por US$ 85.000 millones que significarán días de descanso sin goce de sueldo para cientos de miles de empleados federales.
Si la Cámara de Representantes hace lo mismo, como se espera, eso significa que los recortes generalizados al gasto, que entraron en vigor el 1 de marzo después de un fallido esfuerzo para reducir los déficits, seguirán hasta que concluya el actual año fiscal el 31 de agosto.
El presidente Barack Obama había deplorado esa falta de acuerdo y los recortes automáticos.
Se harán algunos ajustes. Por ejemplo, los inspectores federales de carne no tendrían esos días de descanso sin paga. Mientras, los legisladores demócratas y republicanos se enfrentaban y cooperaban alternativamente en propuestas para suavizar los recortes al gasto que entraron en vigor este mes.
"Espero que logremos esto", dijo esta semana el secretario de Agricultura, Tom Vilsack, respecto del esfuerzo para permitir el trabajo de los inspectores. Consideró que, en caso contrario, podría afectarse la cadena de suministro de alimentos en el país.
Esa postura se alejó de la manifestada en general por el Gobierno federal, en el sentido de que debían mitigarse todos los recortes o ninguno.
La votación bipartidista de 73-26 envía la medida a la Cámara de Representantes, donde se espera sea aprobada el jueves, antes de que los legisladores tomen dos semanas de vacaciones. Luego, el proyecto será enviado a Obama para que lo firme.
La medida otorgará financiamiento por US$ 982.000 millones a los presupuestos operacionales del día a día para cada oficina del gabinete hasta el 30 de septiembre, y dará US$ 87.000 millones a las operaciones militares en Irak y Afganistán. En tanto, mantendrá congelado el pago para los empleados federales.
La medida otorga al Pentágono la ayuda financiera que tanto busca para capacitación y preparación y concede los incrementos planeados a los programas de salud de los ex combatientes.
Sin los cambios, los recortes por US$ 85.000 millones para el año actual crecerían a casi 1 billón en una década, nivel que los legisladores de ambos partidos consideran políticamente insostenible. Como resultado, es posible que a finales del año haya negociaciones para reemplazar las reducciones con diferentes ahorros para contener el crecimiento de los déficits federales.
Las consideraciones políticas se mostraron ampliamente en ambas cámaras del Congreso mientras los legisladores trabajaban en medidas relativas a las prioridades del gasto, tanto para este año como para la próxima década.
Se espera que los republicanos aprueben un plan presupuestal muy diferente el jueves. El plan incluye US$ 4,6 billones en recortes al gasto durante una década sin elevar los impuestos.