Jueves, 10 de Abril de 2025
Instagram Facebook Twitter Youtube
LA BEBIDA MAS ANTIGUA
Lunes, 16 de marzo de 2015
El “boom” de la cerveza artesanal también crece en Corrientes
La tendencia de fabricar cerveza “de autor” también tiene su anclaje en la provincia. Dos emprendedores cerveceros relataron sus experiencias a época, y contaron algunos secretos de la pasión por fabricar la bebida más antigua del mundo


En la capital hay al menos cuatro iniciativas similares, y otros dos en el interior; además de bares temáticos especializados.

Según publicaciones de economía y negocios, las más de 200 cervecerías artesanales que funcionan en el país producen unos 134.000 hectolitros, y movilizan unos $350 millones por año. Según consignan, hay actualmente un 65% más de “Homebrewes” (fabricación de cerveza casera) en todo el país con respecto a lo que había cinco años atrás.

Otro de los pilares que marcan el “boom cervecero” son los hábitos de los consumidores, que demandan nuevos sabores y estilos. Ambos factores abrieron un panorama que provoca más demanda y , en consecuencia más oferta.

En los últimos años, las microcervecerías se han expandido por toda Argentina, llegando también hasta esta región, donde la tradición cervercera parece crecer y afianzarse.

Mientras que en diferentes barrios de la Ciudad de Buenos Aires y en La Plata proliferan los espacios de consumo especializados, en la Costa Atlántica, se pueden encontrar unos cuarenta bares que se especializan en la producción de diferentes tipos de cervezas. Los más renombrados son Antares y Barón Rojo.

Bariloche es otra de las ciudades que históricamente se destacaron por este tipo de emprendimientos. Hoy existen unos veinte de este tipo que complementan a otros similares que hay en el área patagónica.

Así mismo las provincia de Santa Fe, Entre Ríos, Mendoza y Córdoba también se destacan por tener un amplio abanico de propuestas para los amantes de la cerveza artesanal. Así es que la tradicional fiesta de Oktoberfest que se celebra en General Belgrano (provincia de Córdoba), atrae cada año a un número mayor de apasionados por esta bebida milenaria.

Y no son pocas las ofertas de degustación y fiestas que ya se anuncian en las grandes ciudades para los festejos de San Patricio (que se conmemoran el 17 de marzo), y que tienen a la cerveza como protagonista central de la tradición de origen irlandés.

Corrientes, aunque aún dista de la magnitud del fenómeno en pleno auge, muestra que la brecha parece acortarse, y los consumidores cerveceros se inclinan cada vez más hacia las bebidas con sello correntino, tal cual lo señalaron dos de los emprendedores que, motivados por la oportunidad y por el deseo de emprender se lanzaron a hacer cerveza a baja escala.

Ñande Bier

En septiembre de 2013, Diego Ruiz (35) puso en marcha uno de los primeros emprendimientos de fabricación de cerveza artesanal en Corrientes. Lo hizo cargado de ilusiones, y apoyado en al experiencia de haber trabajado como Ingeniero Químico en una de las cervercerías industriales líderes del país por casi 10 años. Le puso a su iniciativa un nombre en guaraní, para darle la pronta de identidad que lo arraiga a su tierra: Ñande Bier (Nuestra Cerveza).

Comenzó fabricando 500 litros de cerveza por mes. En menos de dos años, está cerca de triplicar ese volumen. Y se propone para finales de este año, alcanzar los 5 mil litros.

“Empecé movilizado por el deseo de volver a Corrientes y hacer algo propio. Comencé a elaborar cerveza casera, aún cuando trabajaba en relación de dependencia. Eso me permitió tomar confianza, y con esa experiencia, empecé con la fabricación artesanal para vender”, recordó.

“Cada vez más gente se anima a beber cerveza artesanal, porque le gusta conocer nuevos sabores. Es una tendencia que está pasando en todo el mundo”, relató Diego.

Desde su pequeña planta de elaboración, fabrica unos 13 estilos de cerveza. En su mayoría, son comercializados en barriles de 18 litros (que equivalen a un cajón y medio de cerveza). Hace algunos meses, incorporó además una cuarta variedad a las que ofrece Ñande Bier en botellas de 630 ml.

Así, en bodegas y algunos bares de la capital correntina, en Goya y Sáenz Peña, se pueden conseguir las variedades embotelladas de Ñande Bier conocidas como “Morocha” (Imperial Stout), “Gringa” (Golden Ale), “Colorada” (Irish Red Ale), y ahora también la “Trigueña” (Wheat Ale).

Combinando Malta (cebada germinada), agua tratada, lúpulo y levadura, en variedades y cantidades diferentes, se obtienen las diferentes cervezas.

Entre sus objetivos más ambiciosos, se cuentan la intención de radicar su planta en un local abierto al público, donde los consumidores puedan ir a beber, pero también tener el proceso de elaboración a la vista. “Si algo aprendí, es que para ponerse en marcha, lo que hay que hacer es arrancar”, asevera con convicción.

Siete Puntas
La experiencia de Aníbal Palmeyro (35) para encarar la actividad cervecera se asemeja a muchas de las que viven los emprendedores de distintos rubros. El deseo de independencia, de valoración de las capacidades, y de “salto al vacío” están todavía presentes en cada paso.


“Comencé hace un año a cocinar cerveza. Mi hermano me dio la idea y me prestó el capital inicial. Me empecé a instruir sobre el tema y partí de una receta original. Sobre esa experiencia, necesité hacer 7 pruerbas para llegar a una fórmula de la primera cerveza que fabricamos. Por eso la nombramos “Número 7”. Tiene un estilo inglés que parte de cervezas rojas, aunque con un estilo adaptado al paladar de esta región”, relató Anibal a época.

Una cerveza con menta (llamada Mint Spirit) fue la segunda de sus creaciones. Se sumaron luego una variedad “Morena”, bautizada así en honor a su hija, compuesta con malta torrada. Su oferta se completa con una “Herman Style”, una variedad que busca el perfil de las cervezas europeas.

En el proceso, aplica un método de maduración y de enfriado “inventado” por él mismo. “Es 100% artesanal, con productos de la mejor calidad. Sin conservantes ni aditivos de ningún tipo. Se puede comparar con las mejores cervezas europeas en su calidad”, asegura.

En este caso, la presentación es en botellas de 350 ml. “Ofrecemos la posibilidad de disfrutar un momento. Es una cantidad justa para poder enfriarla rápidamente, en un momento particular”, explica.Actualmente producen 400 litros mensuales.

Antes de dedicarse a la fabricación de cerveza, Aníbal, que es licenciado en genética, ejercía su tarea profesional en cabañas ganaderas. “Buscaba algo propio, y la posibilidad de innovar en procesos biológicos. Por eso el método de fermentación es propio”, asegura.

Desde el verano, se instaló con su familia en una quinta ubicada sobre Ruta 12, camino a Paso de la Patria. Allí se trasladó con su planta de elaboración y su vivienda. Por un mecanismo de recuperación de los líquidos efluentes, se riega naturalmente su huerta familiar. “Esperamos poder abrir la planta al público en el corto plazo, para que quienes vayan viajando puedan conocerla”, dice, con los sueños puestos en crecer.

La bebida más antigua

Numerosos antropólogos aseguran que hace cien mil años el hombre primitivo elaboraba una bebida a base de raíces cereales y frutos silvestres que antes masticaba para desencadenar su fermentación alcohólica. El resultante lo consumía para relajarse, pero también para poder garantizar el consumo de líquido, con menor riesgo de contraer enfermedades.

La mención más antigua de la cerveza, “una bebida obtenida por fermentación de granos que denominan siraku”, se hace en unas tablas de arcilla escritas en lenguaje sumerio y se remonta a 4 mil años A.C. En ellas se revela una fórmula de elaboración casera de la cerveza: se cuece pan, se deshace en migas, se prepara una mezcla en agua y se consigue una bebida que transforma a la gente.

Los egipcios, recogiendo los métodos sumerios, elaboran una cerveza que bautizan con el nombre de “zythum”, descubren la malta y añaden azafrán, miel, jengibre y comino con objeto de proporcionarle aroma y color. Y si entre los romanos y los griegos fue considerada una bebida de a gente llana, los pueblos del Norte de Europa festejaban con cerveza las fiestas familiares, las solemnidades religiosas y los triunfos sobre sus enemigos.

La auténtica época dorada de la cerveza comienza a fines del siglo XVIII con la incorporación de la máquina de vapor, y culmina en el último tercio del siglo XIX, con los hallazgos de Pasteur relativos al proceso de fermentación.

Hoy , en la planta elaboradora de Quilmes en Corrientes (según datos aportados por la firma), hay una capacidad productiva de 2.240.000 hectolitros por año. Cuenta con unos 14 tanques de fermentación de cerveza y una línea de llenado. Además se emplean allí más de 300 personas de forma directa.

La compañía cuenta con más de 5 mil empleados, y unos 190 distribuidores. Tiene además 9 plantas de elaboración de cervezas y gaseosas, y exporta a 29 países. Así, aunque la fabricación de cervezas artesanales no podrán nunca competir con la industria, la tradición cervecera, tan antigua como las primeras civilizaciones humanas, parece dejar lugar para todo.


Editor Responsable: Jorge Tello
redaccion@eschaco.com | direccion@eschaco.com
Reportero: 3624647631 - Redacción: 3624895748
Copyright ©2013 | www.EsChaco.com
Todos los derechos reservados.
Desarrollado por Chamigonet - Diseño Tapa: DG ___anny