La Selección triunfó 3 a 0 ante Venezuela gracias a los dos de Higuaín y el restante de Messi. Con este triunfo amplía diferencias con sus escoltas.
La magia de Lionel Messi volvió a ser el factor desequilibrante para que el seleccionado argentino se apoderara de una victoria clara y contundente como la que consiguió en la noche de este viernes sobre Venezuela por 3-0, consolidándose como líder de las Eliminatorias Sudamericanas para el Mundial de Brasil 2014.
Detrás de la magia de Messi apareció la contundencia de Gonzalo Higuain, quien con sus dos goles demostró que es uno de los ases que tiene el seleccionado que conduce Alejandro Sabella.
Sin embargo, y a pesar del cómodo triunfo, no todo fue color de rosa. La defensa volvió a ser el punto flojo el conjunto, inclusive a pesar pesar de la pobre ofensiva que mostró el equipo de César Farías.
El próximo martes, cuando visite a Bolivia en La Paz, la Argentina tendrá un compromiso un poco más complicado que el asumido este viernes en el Monumental.
El partido como tal duró 28 minutos. En ese lapso, Venezuela pudo plasmar en el campo de juego el planteo que trajo a Buenos Aires. Abroqueló gente en su campo e impidió que la pelota le llegara con comodidad a Messi.
Sin Messi, la pelota en la Argentina pasó entonces por los pies de Fernando Gago, o en su defecto por las subidas de Marcos Rojo. Pero como era de esperar, eso no resultaba suficiente porque Gago no tiene velocidad y a Rojo le faltaba claridad para definir en los últimos metros.
De todos modos, a los 28 minutos, Messi recibió una pelota en la puerta del área grande, de frente al arco, realizó un sutil pase de zurda y lo dejó a Higuain solo frente a Daniel Hernández. El delantero del Real Madrid no dudó y con un derechazo fuerte y rasante hizo que el balón ingresara pegado a la base del poste izquierdo.
A partir de entonces se dio el encuentro que quería la Argentina porque con el 1-0 Venezuela se desconcentró y dejó que los anfitriones, y especialmente Messi, dispusieran de tiempo y espacio para maniobrar.
Parecía que esa libertad que le daba Venezuela no se iba a concretar en gol, pero a los 43 Cichero fue a pelear una pelota con Messi, el venezolano la tocó con el brazo derecho y el peruano Víctor Carrillo cobró la correspondiente infracción. Messi se paró frente a la pelota y con un violento zurdazo que ingreso alto, junto al palo izquierdo, estableció el 2-0 parcial.
Nada podía cambiar en el segundo segmento porque la Argentina tenía totalmente dominado el juego y Venezuela carecía de los hombres y de las ideas para modificar el curso.
Es más, a los 2 minutos, Messi se quedó mano a mano con Hernáneez, pero no tuvo espacio y su remate fue tapado por el arquero.
Pero diez minutos después, de la mano del crack del Barcelona llegó el tercer gol de la Argentina.
Messi agarró el esférico en la mitad de la cancha, recorrió unos metros y con la parte interna de su botín izquierdo metió un preciso pase para que Higuaín, entrando en diagonal, empujara la pelota hacia la red.
Lo que ocurrió a partir de entonces y hasta el final sirvió para que el público disfrutara con cada aparición de Messi y con los toques que hacia todo el equipo para manejar el balón.